viernes, 28 de enero de 2011

La visita del buen Rollo y mi barbita de narcotraficante

Hola amigos, siento haber tardado en escribir más de lo normal, pero es que he recibido visitas y además tengo un ombligo que no va a tocarse solo...

Lo dicho, que he estado un poco liado por casa. Dos amables españoles que erasmusean por Coimbra (Alber e Irene Pupurina) se han dejado caer por estas tierras germanas para enseñarme una nueva filosofía: la filosofía del Rollo. Alber ya venía con monazo de kebap y lo dijo en cuanto pisó suelo alemán, así que dicho y hecho. Fuimos al primer kebap que probé en Bremen y se pidieron sendos rollos (durum o shawarma allí en España). Desde ese momento, cada vez que había algún silencio entre nosotros, las siguientes palabras provenían de la boca de Alber, entre las que siempre destacaban 'Rollo', 'hambre' y 'comer'. Lo dicho, ha sido el viaje del Rollo.

¡Pero no solo eso! ¡Porque también hemos conocido un italiano! ¡El mejor italiano de Bremen y probablemente del mundo entero! Se llama 'Pizza e Pasta'. Sí, es verdad que el que le puso el hombre no se quemó el cerebro en el intento, pero acabamos haciéndonos hasta una foto con el camarero, todo un crack. (Bremenianos, os adjunto la dirección: cruce de Sögelstrasse con Am Wall, antes del puente del Molino, hace esquina).

Con Alber e Irene también tuve la oportunidad de ver el derby copero Atleti-Real Madrid. Y doy gracias a Dios de que no hubiera objetos punzantes en la habitación porque se mascó mucho la tensión durante los 90 minutos... ¡Ah! ¿Y mi barbita de narcotraficante? Fue el apodo que le dio Alber a los 4 pelos que he intentado dejarme las últimas semanas, aunque ya han muerto dando paso a unas interminables patillas sesenteras. ¡Para más información sobre el viaje portugués a Bremen, consulten el canal Daisylapatita, donde podrán ver los vídeos 1 y 2!

Más cositas... el sábado tuve un torneo de fútbol indoor con mi equipo de alemanes. Fuera de broma, jugamos hasta contra equipos de presidiarios (o ex-presidiarios por lo menos). Mamá, no te preocupes, el bagaje final solo fue un golpe fuerte en un tobillo. Quedamos séptimos de 14 equipos, no está nada mal teniendo en cuenta la predisposición y gran profesionalidad de mis compañeros. Cuando llegué, quedamos en un bar. Bien. Allí hay una salita de fumadores... estaba ocupada en su totalidad por el equipo, todos fumando y bebiendo unas buenas jarras de cerveza después de haber estado la noche de fiesta. Así que nada, me puse a calentar con ellos antes del debut y me pedí otra jarra para mi. Pero ahí no queda todo, son tan profesionales que se llevaron sus propias jarras de cerveza de cristal para rellenarlas en los descansos que había entre cada partido (y jugamos 7). Grandes. Adjunto foto de equipo.

Bueno, bueno, bueno... no se me podía escapar... Llevo toda la semana preocupado con algo, y creo que todos me lo habéis notado. Estoy algo bajo de ánimos, pero es algo totalmente comprensible porque... ¡han cerrado el Doner-Pasta de Haupbahnhof! Bremen se va a pique, todo está cambiando. Esta mañana he pasado por allí y se me han caído dos lagrimones gordos por la cara. Quizás un día de estos lleve unas velas y alguna dedicatoria. No creo que vuelva a probar un doner-pasta tan suculento como aquellos. Adjunto foto de archivo.

¿Cosas extrañas que me han pasado esta semana? Pues estamos de celebración porque no he roto ninguna llave de casa. Pero el otro día una señora me hizo pasar un mal rato. Estaba en la parada de tranvía y en la marquesina de enfrente había una bolsa. A mi lado había una señora (que estaba más pa' allá que pa' acá, la verdad...) y empezó a hablarme en alemán mientras señalaba la bolsa: "bla bla bla bla ¿Pompe?", "¿Cómo?, ¿que quiere la bolsa?", "bla bla bla bla ¿Pompe?", "Pero, ¿Qué coño?, ¿la bolsa es suya? ¿Pompe también es bolsa en alemán?" Cuando la señora desistió, saqué mi mini-diccionario de alemán-español y busqué 'pompe', no existía, pero entonces caí en que lo que tenía que buscar era 'bombe' (bomba para los más lentos, como yo). Así que sonreí, volví a mirar a la señora, y me volví a poner los cascos esperando al tranvía. Maldita lunática.

Aunque he tenido otra situación en la que el lunático lo he parecido yo. Iba andando por la calle de noche (a las 17.30) camino de la Universität y venía alguien en bici hacia casa. En Bremen escasean las farolas y escasea la luz, todo hay que decirlo. Así que como pensé que este hombre en bicicleta era mi casero Marco decidí saludarle combinando un levantamiento del brazo derecho acompañado con un grito de 'Hallo, Marco!'. No era Marco. No sé quién coño era, pero seguro que esa noche no durmió a gusto pensando en quién le había saludado ese día.

Y como esta entrada está quedando un poco larga y no quiero saturar, me despediré diciendo que hoy he echado una partida de paintball indoor. Legendaria. Solo quiero darle gracias a Dios porque mi madre no me esperara hoy en casa y viera lo 'bonito' que ha llegado el chandal de su hijo después de una batalla de bolas de pintura... Pero hablaré de esto junto a los demás asuntos pendientes en la próxima entrada, que confío que no tarde mucho en llegar. Aunque la próxima semana ya tengo aquí visita de una banda de sinvergüenzas criados en el Nuevo Centro...

Hasta entonces, ¡un bratso!
  

lunes, 17 de enero de 2011

De vuelta por Bremen... ¿dónde están las llaves, Salinas?

¡Hola amigos!

Después del especial de Navidad, donde vi más nieve de la que se ha metido Pocholo en toda su vida... ¡ya estoy de vuelta por Bremen! Siento no haber actualizado el blog, pero he estado de viaje de negocios por Edimburgo y de fiesta de... negocios también. Aquí en Bremen ha cambiado alguna cosilla, como el clima. No parece que haya vuelto a Alemania, ¡puedo ir por la calle con el abrigo abierto! Bueno, semi desabrochado, tampoco hay que jugarse la vida. (Necesitaba la aclaración porque a mi madre le habrá dado un chungo de leer que su hijo va con el abrigo abierto por Alemania).

Por casa, todo en orden. La gata ya no es una gata cualquiera, ahora es una marquesa porque mi casero le ha puesto un buen sillón a la amiga para que lo rasque con las uñas y duerma como una campeona. A su vez, yo he encontrado una nueva forma de divertimento para mí, digo para la gata... La engancho en el colchón y veo lo que sucede y a ver cuánto tiempo aguanta antes de bajar al suelo. Bueno, eso entre otras cosas, porque los ataques-vuvuzela siguen a la orden del día, es el mejor juguete para un gato, creedme.

Más cositas, si no la más importante de la semana... La mayoría ya estaréis enterados gracias a que comparto mis idas de olla con todos vía Facebook. Pero voy a repetir mi hazaña de la semana por si alguno no se ha enterado. Estando en casa de Timo, un coleguita alemán, estábamos tomando unas cervezas. Todo iba rodado, las abría con abridor, con mechero, con lo que hiciera falta.

Pero llegó un momento en el que me quedé sin ningún objeto al alcance de mi mano con el que poder abrir la botella. Total, que recordando una conversación previa con Gianna, recurrí a la llave de mi casa. Comencé a hacer palanca sin éxito alguno. Cuando me rendí, vi que había doblado la llave entera. ¿Y qué se hace en esos casos? Pues seguir con el mismo procedimiento pero del revés, hasta que las leyes de la física se rieron en mi cara con un pequeño 'crack', el de mi llave rota. La cara de circunstancias que puse cuando se lo conté a mi casero tuvo que ser de campeonato, al igual que su cara de "menuda clase de capullo tengo en casa...", porque efectivamente acabé contándole verdad. Entre otras cosas porque realmente no se me ocurría ninguna excusa buena, es más, creo que no existe.

Ahora hablemos de Edimburgo, porque me apetece recomendaros esta ciudad. Un lugar que de día es maravilloso pero que de noche puede poner los pelos de punta... ¿Por qué? Para empezar, porque es el lugar con mayor número de fenómenos paranormales, seguido de la oscuridad de la ciudad y el color gris de todos sus edificios... Obligatorio ir por la noche a hacer el tour de los fantasmas (en español) para sobrecogerte andando por los lugares más tenebrosos incluidos cementerios, los cuales quedan abiertos las 24 horas del día permitiendo a la gente dar paseos, hacer botellones e incluso practicar sexo... Lo dicho, ¡una ciudad para visitar!

No quiero alargar mucho esta entrada, entre otras cosas porque en unos minutos tengo que ir al aeropuerto a por Alberto e Irene, dos amigos que están erasmuseando por Coimbra ¡y vienen a visitarme! Así que voy a añadir una nota para mí: "Jaime, en el próximo post, habla de tu extraña experiencia en el Cerro de los Ángeles (Madrid) durante las vacaciones de Navidad!. Os espera una historia de sexo, lujuria, tentación, suspense y miedo..."

Pero, antes de despedirme, no podía hacerlo sin celebrar que... ¡por fin debuté con el Barder Bremen! Tras una larga espera y mayor expectación, mi debut de hizo oficial el domingo 9 de enero de 2011, bajo una lluve torrencial en los campos de Arganzuela. Tras dejarme la piel y la espalda (esto, último es literal), meter un gol y dar una asistencia, decidí retirarme a Alemania. Adjunto una foto de la presentación oficial.

Disfrutad de la semana amigos,

¡Un bratso!
  

domingo, 2 de enero de 2011

ESPECIAL NAVIDAD: "Vuela como puedas" Parte 2

... Y después de gastar 15 eurazos a cuenta de Lufthansa en el McDonalds (algo que no habría hecho ni el mismísimo gordaco de 'tonterías las justas' en su última cena), donde por cierto compartimos mesa con una americana que nos encontramos horas antes en el aeropuerto de Bremen, nos dirigimos a hacer cola en un stand para obtener unos preciados billetes a España al día siguiente.

Eran más de la una de la mañana, y ya había una gran cola y decenas de personas en coma tiradas en el suelo. Así que decidimos echarnos un sueñecito en aquel suelo tan cómodo y fresquito. A las 4 la gente se volvió loca y se levantaron todos rápidamente para formar cola. Como aquel que dice: "donde fueres, haz lo que vieres", y tras recoger todos nuestros bártulos, nos pusimos San Pableras y yo en la cola. Allí permaneceríamos durante las siguientes dos horas, por lo menos... Adjunto foto de dos colegas leyendo de una manera que parece bastante cómoda... (Porque sí).

Cuando ya abrieron el stand, aquella fila infinita no se movía apenas unos metros, y comenzaba a haber trifulcas en el inicio de la misma, por gente que se colaba... Espabilados... Justo lo contrario que nosotros, ¿por qué? ¡Porque esa no era nuestra maldita cola! No sé cuantas horas ahí y nos enteramos ahora... manda huevos...

Pero en nuestra defensa he de decir que no fue culpa nuestra directamente, sino que una perra del infierno con traje de azafata de Lufthansa, y repito, perra del infierno, nos mandó aquella misma noche a hacer cola allí convencida de que era el lugar idóneo para echarnos una siestecita nocturna. Pues no, maldita perra del infierno, esa era la cola para los vuelos intercontinentales. Ahora, una de dos, o nuestro inglés vallecano ha evolucionado a un perfecto inglés americano o simplemente nos vio pinta de sudamericanos, asiáticos o africanos (aunque esto último es más complicado, siempre que no se nos tenga en cuenta de ombligo para abajo, por supuesto)...

Llegados a este punto, la desesperación era máxima, pero por fin fuimos a la verdadera fila en la que deberíamos pasar nuestras siguientes horas de vida. Aquello era interminable, cruzamos algo así como 3 o 4 esquinas y la cola aún seguía viva. En el último pasillo comenzamos a descojonarnos vivos, yo incluso llegué a llorar de la risa. Y porque aún me respondía el esfínter, si no podría haber pasado a mayores... Como dato, arrojo que en esa misma fila, a 10 metros por delante se encontraba 'África de los Serrano' con el rímel corrido de tanto llorar. Nadie se salvaba del caos.

Tras varias horas de cola (esta frase es la más repetida en el resumen de la odisea), y tras hacernos una colega italiana y otro colega americano muy salao, conseguimos llegar al stand. Una señora mayor con pinta de haber dormido genial aquella noche, y muy maja por cierto, nos atendió y nos logró meter en lista de espera para un vuelo a Madrid a las 9:15... dentro de 15 minutos, genial, toca correr...

Y allá que fuimos, a recorrernos todo el maldito aeropuerto hasta el final, sin exagerar, la puerta de entrada estaba realmente lejos... Vamos, a tomar por el culo, sin paños calientes. Y ahí creíamos que íbamos a mandar nuestro vuelo porque ya eran las 9:15. Pero no, comenzaron los retrasos, para no variar. Pero bueno, ya daba igual, el caso era volar de una vez a Madrid. Y tras 2 horas de retraso... ¡logramos entrar al avión! Pero no despegar... porque aún debían hacer mil movidas para poder volar, así que tras otra hora de espera dentro del avión, aquello echó a andar. De las 2 horas y media de vuelo solo recuerdo mi apaciguador paso por el baño del avión y mis continuas cabezadas...

¡Llegamos a Barajas! Alguna nos tienen guardada... ¡Exacto! Esa no es la maleta de San Pableras, esa tampoco, esa tampoco... ¿Pero esto qué es? Pues otra confusión, juntaron maletas de un vuelo anterior y otras de un vuelo de Múnich... Genial. Finalmente tras esperar otra horita y algo allí (nos sobra el tiempo, estamos loquísimos) salió la maleta de San Pableras, y con ella todas nuestras esperanzas de cruzar la barrera que nos metía oficialmente en suelo español. Un suelo que finalmente no besé por miedo a no poder levantarme...

Y para rematar la faena, al llegar a casa me esperaba el termómetro, ¡qué jodío! Me decía que tenía 39,5 de fiebre, me cago en todo... ¿Qué significó esto? Pues que después de todo el bombo que le di a mi fichaje por el Barder Bremen y mi inminente debut con el conjunto madrileño, no pude cumplir mi sueño... Un sueño que cumpliré el próximo domingo 9 de enero...

Y no me quiero despedir sin decir dos cosas: Carlos y Sherif son famosos en España tras su paso por las noticias de la Sexta y... ¡quiero desearos un feliz año nuevo a todos!, y que los viajes que hagáis en 2011 sean infinitamente mejores a los que hicísteis en 2010.

¡Un bratso, amigüitos!