Bueno, ahora al lío... ¡Hoy he hecho mi primer par de huevos fritos! (Aunque el segundo se ha reventado...) Todo ha sido inesperado, yo llegaba a casa para comer, tenía previsto comerme un filete de pollo empanado (solo tenía que freírlo dos minutillos y hecho) pero se me ha ido la cabeza. He pensado "¿Qué querría Belén Esteban por su cumpleaños?", y pronto me ha venido a la cabeza, "una nariz". "No, Jaime, una nariz no puedes, pero creo que estaría muy orgullosa si el día de su 37 cumpleaños hicieras los primeros huevos fritos de tu vida". Y allá que me he puesto.
Estaba tan orgulloso de la hazaña que he ido a por el móvil para grabar el momento, pero cuando he visto saltar tanto el aceite me lo he pensado dos veces, yo sé de una que dijo que la lió parda y acabó siendo un fenómeno de Youtube... Pero esto no me ha impedido hacer una foto de mi maravillosa obra de arte, de la cual tengo que decir: "Tenía mejor sabor que pinta... y tenía más hambre que el perro de un ciego".
Bueno, damos un salto unos días atrás y vamos con la versión figurada del título de la entrada. Vaya par de huevos tuvieron esos valientes que se lanzaron a la laguna de la Residencia Galileo de madrugada, lloviendo y con un frío del carajo. Ellos saben quienes son y que tienen todos mis respetos desde aquel fabuloso momento. Menudo espectáculo. La mejor manera de celebrar un cumpleaños, ¿eh, Javi? Grandes.
Con la lección aprendida, también he viajado a otros dos sitios: Bremerhaven y Hamburgo. En el primero vi un edificio en forma de barco realmente precioso, amén de ver el Mar del Norte. Por lo visto Bremerhaven tiene el puerto pesquero más grande de Europa según Wikipedia, no digo más... Bueno, a parte tiene un Decathlon, al cual desistimos de ir porque el tiempo nos pisaba los talones y ya nos habíamos perdido en un autobús...
Hamburgo es otra cosa, una ciudad con encanto tomada por Gallardón, llena de obras. Pero muy bonita, con canales, con su barrio lleno de sex shops y salas recreativas... aunque regresé a Bremen con la sensación de no haber recorrido ni siquiera el 10% de la ciudad. Volveré, Hamburgo, volveré.
Por lo demás, no quiero despedir esta entrada sin anunciaros que el otro día lavé unos vaqueros, unos vaqueros que podían andar solos hacia la lavadora ya... También he visto una película americana en versión original doblada en alemán (preocupante que en algunas fases de la peli me enterara más por los subtítulos que por el audio) y he hecho las paces con Minka, a mi manera. Ayer me di cuenta de que se quedó dormida en el recibidor esperando mi llegada, yo lo que hice fue rayarla moviéndole la manta donde estaba acurrucada hasta que me aburrí. Ya sabéis que soy un temerario, un forajido de la ley...
¡Un bratso!
al final acabarás amando a la esteban...
ResponderEliminarallí no te quejas si se te revientan los huevos fritos no??? ¬¬
unbeeeeso!
Jajajajajajajaja Minka te sacará los ojos mientras duermes... Por cierto, Irene ha tenido la gran idea de leerlo en YouTube lo cual me evita tener que leerlo yo, puesto que me lo leen. jajajajajajaja Pero aún así no te libras de mi comentario.
ResponderEliminarja,ja,ja,ja,.. pero podias haber acompañado los huevos con algo mas ¿no?. Esta claro que al ocuparte tu de todo...no se te ensucia tanto la ropa , jejejejeje. besitos.tkm.mma.
ResponderEliminarJAJAJAJA me encanta las perrerias que le haces a la gata!
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