Hoy he amanecido a eso de las 11 de la mañana y, después de leer un poco la prensa por internet, he decidido pasarme por este rincón a contaros las últimas vivencias de un erasmus... digo currante, currante español en Alemania. Ahora mismo me encuentro disfrutando de un paquete de galletas 'Príncipe de Beukelaer' a vuestra salud, acompañado de un poco de buena música y contemplando a la vez mi última adquisición: un póster-colección de mis mejores momentos, por cortesía de la señorita Diem, que ya me regaló otro mono en Madrid. A mi lado, la ropa de mi segunda lavadora y una habitación en la que parece que ayer se hubiera organizado una fiesta de monos con pistolas (tranquila mamá, que esto lo recojo yo en un santiamén).
Ayer fue un día extraño, larga pero divertida jornada de trabajo. De 18,00 a 21,00 todo iba muy tranquilo en el restaurante. Incluso pensamos en cerrar a eso de las 22,00... Pero de repente se alinearon no sé cuantos planetas y empezaron a entrar clientes. Los clientes ya me conocen y me llevo bien con los cachondos. Ayer entró uno por la puerta de la cocina y al verme empezó a gritarme en 'árabe', a lo que respondí yo en 'árabe' también... (momento 'What the fuck' del día). En otra de las mesas, había un matrimonio de un alemán (Olli) y una española malagueña (Eli), con su hijo 'fifty-fifty' (Ali-Oli, no, qué va... se llamaba Alex). Por fin pude darle a la lengua con los clientes, muy majos por cierto, y cuyo primogénito celebrará una fiestaca por su 20 cumpleaños en nuestro restaurante este sábado (¡Oh yeah! ¡Fiesta teenager! ¡Alcohol! ¡Musicón! ¡Español!). Cabe señalar que la mujer estuvo 'vendiéndome' a su hija, amén de otras hispano-germanas de la zona. Seguiremos informando...
Más cositas... y es que no es la primera vez que hablo en la lengua de Cervantes estas tres semanas aquí en Bremen... Os cuento. Desde que llegué, no paro de hacer deporte cada día y salir a correr (hace una semana corrí al lado del río, congelado, con gente patinando sobre el hielo, os adjunto la foto unas líneas más abajo). Por lo que decidí irme al 'Outlet' de Bremen en busca de algún ofertón de zapatillas de running. Según entré en Nike, le pregunté a un hombre -"Können Sie mir helfen?" +"Español, ¿verdad?" -"Sí, tío..." Él era dominicano. Al final me conquistó y me sacó una súper oferta de zapatillas+camiseta. Una semana antes, fui con Linda al Starbucks. Solo abrí la boca un mometo para decir "Frapuccino", acto seguido escuché un: "español, ¿verdad?". ¡Joder, sí! ¡Español! ¡Solo he dicho Frapuccino, coño! Otro tío majete, esta vez de Ecuador, ambos en Bremen con sus señoras alemanas.
Estos días he tenido tiempo para salir de fiesta. El jueves fui al Lila Eule con don Miguel de Graná y el sábado salí con Linda. Después de que pinchara en una discoteca, nos fuimos de fiesta, nos topamos con un par de colgados algo pasados de raya... y después acabé ligando con un hombre de unos 40 años cuyo único propósito de la noche era darme su número de teléfono, lamentable... gracioso, pero espeluznante y lamentable a la vez...
Por último, ¡os contaré mi expedición a Otterstedt! Se trata del pueblo de Viola. Un pueblo que, si un día se estropea el tren que para en Ottersberg (otro pueblo a unos 6 km de Otterstedt) está jodido... Me sorprendió ver que hubiera casas, gente, un ultramarinos, coches e incluso algo de cobertura para el móvil... (es broma, es ist sehr sehr schön!). Allí hicimos un paseo-tour en bici. Yo tuve que pasar por 'boxes' tras reventar la rueda de la primera bici. ¿El paseo? Bien... emmm... esto... creo... creo que... ¡creo que no me he llenado tanto de barro en mi vida! No voy a decir que me caí porque mentiría, pero no hizo falta, ya iba servido de mierda hasta las orejas, hasta el punto de remangarme los vaqueros hasta las rodillas. Minutos después, nos cruzamos con un par de amigas suyas y mi carta de presentación fue: "Hola, soy Jaime, de España... y no soy tonto, es que el barro, esto..." Gracias Viola... Más tarde, quedamos con Martin, Niklas y Anni (muy muy buena gente) y nos fuimos a la bolera, a bebernos unas cervezacas y donde desplegué mi mejor juego en años luz...
En fin, una semana movidita. Espero que todo siga igual para que podáis seguir pinchándoos en vena mis estupideces, yonkis de 'erasmuseandoporbremen'. ¡Ah! Y gracias, famila, por enviarme ese paquete de embutido español que espero recibir como mínimo una vez cada dos meses...
Ahora, me voy a levantar un país, aunque no sea el mío...
¡Un bratzo!
Pd: aún no he matado a Mudito la araña (¿Miedo? ¿Cobardía? ¿Respeto? ¿Cariño? Las claves, el próximo domingo en 'Cuarto Milenio...), y Minka no trastea con nada, ha madurado, muy a vuestro pesar...