lunes, 28 de mayo de 2012

EL GILIPOLLICAS DE LA SEMANA

Hola yonkis y yonkis de 'ErasmuseandoporBremen', queridos todos...

Jaimitada: "dícese de la gamberrada o bobada que se hace como gracia"... Bueno, pues a mí ni una puta chispa...

Hoy lunes, día festivo en Alemania por cierto, acaba mi 'semana negra bremeniana'. Paso a relatarles a todos ustedes los desdichados sucesos que han ocupado mis últimos 7 días...


Todo hacía presagiar que iba a tratarse de una semana fabulosa, tremenda, inolvidable... El lunes empezó la semana con sol y mucho calor, gente haciendo barbacoas y tostándose en la orilla del río... Además, la predicción meteorológica daba 6 o 7 días más de tiempo totalmente veraniego. Llegó la hora de comer y, con ella, la primera reflexión del día: "creo que tengo que dejar el gimnasio". ¿Por qué? Fácil, ese día me levanté con más fuerza que un guarro en el hocico. Quería sacar un par de platos del lavavajillas y tiré con tanta fuerza que saqué el cajón de la máquina y tiré todos los cacharros/cazuelas/cubiertos al suelo. Bagaje final: dos platos y un tazón rotos. Esa fue la primera 'Jaimitada' de la semana. Una 'Jaimitada' que hizo que me quedara empanado durante un par de minutos mirando el desastre y cuestionando mi capacidad mental...

Llega el martes, una oportunidad para olvidar el desastre del día anterior. Mi día de redención. Me lo había pedido libre, quería aprovechar los 25-28ºC para pasármelos al sol con unas cervezas y mi tándem... en resumen, vaguear hasta el extremo. Eran las 14:10, aún me estaba quitando algunas legañas de los ojos y me dirigía a la cocina a prepararme algo para llenar la panza. Y donde digo "prepararme algo" quiero decir "hacerme un plato de pasta". Para eso necesitaba una cazuela. (Flash-forward: el día anterior, cuando volví a colocar los cacharros en el fregaplatos, no sé por qué y jamás me lo explicaré, coloqué un cuchillo jamonero con la punta hacia arriba, ahí lo dejo). Oy, oy, oy... cómo me gusta el salseo... ¡Drama, drama, drama!

Abrí el lavavajillas, esta vez con menos potencia, y metí la mano para sacar el cacharro. Bueno, pues en ese momento mi cerebro decidió desconectar un par de cables y joder por completo todas mis facultades de coordinación. ¿El resultado? Un cuchillo bien afilado atravesó mi dedo pulgar de la mano derecha hasta tocar hueso (o eso me pareció a mi porque no saqué la mano hasta que algo hizo tope...). Los 2 minutos posteriores se convirtieron en un mar de dudas: "Después de semejante estupidez, ¿merezco seguir viviendo? ¿Es una broma de cámara oculta? ¿Por qué nunca he conocido a un anciano pelirrojo? ¿Adónde van a parar las cartas que se mandan a Papá Noel? Hostias... ¿Siento el dedo? ¿Por qué no dejan de mirarme fijamente ese unicornio verde y ese dragón azul?

Cuando acabé de hacerme todas estas preguntas, ya me encontraba tumbado en mi cama sudando frío y sangrando como un cochino. Avisé a Marco y me acercó al hospital en coche. Una vez allí, un par de inyecciones en la herida para dormirme el dedo y un par de puntos para cerrar el corte. Lo impactante es que nadie se rió cuando contaba la historia de "cómo conocí mi pulgar por dentro". Todo muy rápido. Pero también había mucho becario con tiempo libre porque no paraba de entrar gente en la habitación para cotillear...

A partir de ahí, me esperaría una semana de 'baja laboral por estupidez humana' en la que tenía que acudir a otro médico para que me retirara el vendaje y me curara un poco la herida. Fue el jueves. Quedé con María (se está haciendo una fija en las alineaciones titulares de 'ErasmuseandoporBremen', merece una 'foto-gnocci'). Ninguno habíamos mirado dónde podía ir a revisarme los puntos, así que decidimos ir al hospital de nuevo.

Allí me bajaron de la parra y me dijeron que me buscara el típico médico de cabecera, que ahí no me iban a tocar ni con un palo... Así que aprovechamos la soleada y calurosa mañana para dar una vuelta por el barrio en busca de un doctor. Entramos en una consulta, pero el Karma decidió que el médico tenía una operación ese día y me debían atender al día siguiente, así que continuamos andando. Vimos un cartel en una casa que rezaba "Dr. Hoennes" (o algo así; el tema es que ponía 'doctor'), y decidimos llamar al timbre y pasar con el lema "si cuela cuela y, si no, me la pela". Por supuesto, era un doctor... pero en economía o en derecho o vete tú a saber... Allí no había ni unas tiritas...

Continuamos con la expedición hasta llegar a un otorrinolaringólogo. Allí dije "¿por qué no? De perdidos al río"... y entramos a preguntar. Por supuesto, me dijo que me peinara un rato, pero que conocía una buena doctora a la que iba ella normalmente. estaba justo enfrente. Así que allá que nos dirigimos... pero ya estaba cerrada la consulta, me atenderían por la tarde... Por fin, me acerqué unas horas después, me curaron los malditos puntos y me dieron un justificante médico que me privaba de currar durante una semana... Esa tarde me acerqué al Locanda para hablar sobre mi autolesión casera y acabamos tomando unas cervecitas en la terraza del restaurante.

Los días siguientes he imitado a Minka la gata, y los he aprovechado para tomar el sol en la terraza o en el río en buena compañía, pero sin llegar a bañarme porque la doctora me prohíbe mojarme la mano y no era plan de bañarme con una bolsa mientras alzo mi pulgar al cielo de Bremen para mantenerla fuera del alcance del agua. Iba a ser muy patético.

Aunque para patético, mi viernes. Me dije: "Voy a acercarme al IKEA a comprar un par de cacharros para la cocina ya que he dado matarile a un par de ellos...". Sí, amigos, aproveché un día de baja para acercarme al infierno, para jugarme la vida, para entrar en el triángulo de las Bermudas del inmueble...

Por supuesto, tardé una hora y media en salir Vi varias muertes por inanición, niños perdidos y varios locos que decían que llevaban varios años atrapados en el laberinto de IKEA. A mí me tenía guardada una... mis gafas de sol quedaron atrapadas en algún tipo de agujero negro de la tienda. Cuando llegué a la caja e iba a pagar fue cuando me di cuenta. Así que volví a hacer el mismo recorrido pero hacia atrás por si caía la breva... No cayó.

Adiós gafas ochenteras que me costaron menos de 20 € que me estaban jodiendo la vista pero que les tenía un cariño incalculable... ¡Y hola nuevas gafas ochenteras bremenianas baratas que me seguirán jodiendo la vista unos años más! Ya que esa misma tarde aproveché para visitar algunas ópticas del centro hasta dar con las gafas que se ajustaron a las monedillas que llevaba en el bolsillo. Más tarde, café con Gianna y después a buscar a mi tándem para charlar un ratejo.

Hoy tenemos una barbacoa en casa aprovechando que es día festivo. Espero no meter la mano en las brasas. No prometo nada...

Por cierto, como siempre, no quiero despedirme sin contar un par de apuntes rápidos. He tenido tiempo de 'skypear' con la señorita Irene Purpurina durante casi 2 horas y cambiar impresiones sobre el día a día bremeniano y madrileño... y además hicimos una cenita el otro día en casa que acabó de risas a las 5 de la mañana con el grandísimo Miguel escuchando 'Los Delinqüentes' en el jardín... lo que quiere decir que... ¡han vuelto los gnoccis a Rossbachstrasse 54! Hemos recuperado el sabor de aquellas grandes cenas bremenianas con don Carlos Natürlich Aladrén como chef. No sabían igual, pero se intentó...

Ahora sí, me despido de todos ustedes, yonkis y yonkis, todos queridos... que tengo que irme a levantar un país aunque no sea el mío... espera, hoy no, que estoy de baja. Voy a cocinarme algo y a tostarme al sol alemán antes de disfrutar de una barbacoa. Os quiero.

¡Un bratzo!
  

4 comentarios:

  1. Acabo de ponerme perrísima al leer la palabra “Rossbachstrasse”.

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  2. Menos mal que hemos hablado antes de los puntos y te vimos.Por cierto la foto ultima del portatil parece que salgas n una pantalla gigante d cine y las teclas parecen las butacas,jejeje....imaginacion. Besitos tambien te qureremos.tkmxxxxxo.mma. Cuidate

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  3. JAJAJAJA ya tengo foto y todo, qué honor!
    y me descojono con la descripcion de la búsqueda de médico jaja andaaaaa que tampoco ha estado tan mal tu semana negra! :p

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  4. He de confesar que yo también pensé que salias en una pantalla de cine... y he pensado "este chico es famoso" pero no, sigues siendo el mismo pringao. ^^

    Asique a vivir de la vida contemplativa... I like it.
    "Por cierto, en mi viaje a Berlín aprendí mogollón de alemán."

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