martes, 19 de octubre de 2010

El viaje más largo jamás contado

Después de unos cuantos días sin pasarme por el blog, vengo con una historia cargada de anécdotas, la de tres superhéroes (uno de Madrid, otro de Cáceres y otro de Burgos) que dieron la vuelta al mundo y movieron cielo y tierra para llegar a Bremen.

Todo empezó hace unas semanas, cuando le hicieron caso a Ryanair y compraron un viaje de ida y vuelta Valladolid-Dusseldorf bien baratito. Entonces ahora nos situamos en este viernes, cuando recibo una llamada a eso de las 7 de la tarde (hora en la que aterrizaban en Dusseldorf, una ciudad a 300 km de Bremen). Mis ojos se abrieron como platos y mi esfinter se cerró al 100%, no tenían manera alguna de venir a Bremen... Así que me puse manos a la obra y surfeando por internet y gracias a una flor en el culo conseguí contactar con un alemán que compartía su BMW Serie 1 negro para venir a la ciudad de los Trotamúsicos (no de los Aristogatos, como dicen en el pueblo de alguien...).

Pues según me contaron, Sebastian, el chico que les trajo, debía apellidarse Vettel (como el piloto de F1), porque era capaz de conducir a 190 km/h con una lluvia del copón y mandar mensajes de móvil a la vez. Todo un angelito. Pero llegaron sanos y salvos a medianoche y nos fuimos de fiesta, por supuesto. El sábado lo aprovechamos entero para patearnos Bremen y por la noche, fiesta. Por ahora, un finde muy normal. Aquí es cuando se plantean más problemas: no hay manera de volver a Dusseldorf para coger el avión del lunes a las 11 y algo de la mañana.

Después de desestimar un coche a las 8 de la tarde del día anterior, nos fuimos a la estación central a por un billete de tren hacia Dusseldorf. ¿Problema resuelto? Que va. El lunes a las 5 de la mañana me despedí de ellos en el tren y a las 8 de la mañana recibí una llamada en el móvil: "Seguimos en Bremen, vamos para tu casa". ¿Qué pasó? Que nadie avisó de que había que hacer 4 trasbordos durante el viaje, y al despertar del sueñecito volvieron a encontrarse en Bremen... Para colmo, cuando venían para mi casa en tranvía se toparon con un revisor y se llevaron una receta para casa, una receta de la que nos estuvimos riendo lo que quedaba de viaje. Malditos revisores yonkis...

Entonces, tras blasfemar todos juntos bien temprano en mi habitación, nos pusimos manos a la obra para buscar un viaje a Madrid. Y lo encontramos, por Edreams. Pero no permitían que pagáramos con tarjeta por internet. Tras varios intentos y ver cómo iba subiendo el precio, decidimos hacer lo que nos decía un correo electrónico de la compañía: ir a un Banco Santander o un Deutsche Bank y meter el dinero del viaje en X cuenta bancaria. Hecho. Ahora llamamos a Edreams, les decimos que acabamos de mandarles el dinero en metálico y solucionado. Qué va. Todo eran problemas, nada podía ir peor, la rabia y la impotencia eran una ya. Decían que no les llegaba el dinero, que teníamos que esperar... y el vuelo salía en algo más de 12 horas. Tras colapsar el 902 de Edreams de tantas llamadas, por fin mandaron el correo diciendo que todo estaba en orden y podían viajar. Por fin. Así que nos fuimos al aeropuerto a imprimir las tarjetas de embarque y a cerciorarnos de que todo estaba bien. Después, nos volvimos a casa a cenar y ver unos cuantos capítulos memorables de South Park para irnos a las 00.30 de la noche al aeropuerto. Por fin pude dormir en todo el finde, pero mi casero me tenía preparada una sorpresa en forma de 'voy a ponerme a hacer cosas en tu piso por la mañana temprano' que no me ha gustado un pelo, porque me ha despertado y a estas horas sigo más cerca de la muerte por agotamiento que de otra cosa.

La pesadilla había acabado, por fin dejaban de estar atrapados en Bremen, que por otro lado es una ciudad cojonuda, ¿eh? ¡Espero visitas! Y hasta aquí el viaje más largo jamás contado, ahora os comentaré por encima lo que fue de mi vida la semana anterior...

Hace un par de sábados fuimos unos cuantos gruppies a animar a Tara (colega Erasmus), que se ha metido en un equipo de rugby de la ciudad. En el descanso del partido nos fuimos a una gasolinera a por combustible, unas cervecitas y un piscolabis. Y a la vuelta de la gasolinera vi a... ¡Tosten Frings! Muchos de vosotros, amigos, no sabréis quién es este personaje, es el capitán del Werder Bremen (en la foto), e iba con su señora dentro de un Ferrari que era gloria bendita. Me percaté tarde y no pude tirarme encima del coche como una fan loca.

Y cómo olvidar la barbacoa pospartido. Después de estar animando como incondicionales del Unión 60 de rugby, nos colamos en la barbacoa del equipo. Nada más llegar, las palabras del Mister fueron parecidas a estas: "Tengo malas noticias, hay una caja de 30 cervezas y no pueden quedarse ahí, así que tendréis que bebéroslas, lo siento". Esas cervezas se acompañaron de unas buenas salchichas con pan, por supuesto. Grandes los del Union 60 de Bremen.

¡Ah! Una cosa, seguro que todos vosotros también estuvísteis antentos al miércoles, y no precisamente porque era el último capítulo de El Internado, sino porque... ¡era el día de 'Ponte traje'! Y como buenos seguidores de Bartney Stinson esa fiesta se celebró aquí en Bremen, aunque sí que hay que decir que hubo algunos que se lo curraron más que otros... Momento remember de la fiesta con el grnadísimo Sheriff, un colega egipcio del Erasmus que es todo un crack, ya os hablé de él en entradas anteriores.

Por cierto, en la anterior entrada os mentí, sin querer, pero os mentí. Finalmente no fui al IKEA, pero fui el jueves pasado. Y compré unas sábanas nuevas para el colchón que mangué el otro día de la calle, ahora os explico. Aquí en Bremen pasa el camión del plástico y el papel el jueves, y al jueves siguiente pasa el de basura orgánica y demás, y así sucesivamente, cada jueves pasan unos, pero eso sí, sólo una vez por semana. Entonces, viniendo el miércoles de fiesta, pasamos por delante de una casa que había dejado casi todo el mobliario delante de su puerta. No lo dudé y acabé llevándome un par de colchones (como nuevos) para casa. Esto me da que pensar... ¿realmente es necesario ir al IKEA o simplemente darme una vuelta por el barrio los miércoles por la noche cada dos semanas? Ahí os dejo un momento de reflexión...

Se os sigue echando mucho de menos. No hagáis caso a los precedentes, viajar a Bremen no es peligroso, os espero con los brazos abiertos.

¡Un bratso!
  

4 comentarios:

  1. Jajajaja Dios espero que no me pase esoa mí porque soy realmente mongui y seguro que acabo pillando un vuelo para Bulgaria, Japón o suputamadre....

    En cuanto al recibimiento... sólo los brazos?

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  2. yo dormí con alex y cada mañana nos levantábamos los 2 totalmente muertos...

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  3. je,je,je,... ya veo que lo estás pasando bien, me alegro muchisimo, pero dosifica las clases, estudio, diversión y descanso, y algún que otro skype (¿?)... cocinar, lavadora, etc...mma.

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  4. Yo soy uno de los protagonistas de la primera historia. Os puedo decir que pese a la cadena d despropósitos acontecidos el lunes, os tengo que recomendar a todos los que conoceis a Jimmy y seguis su blog, que teneis que ir a visitarlo. Eso sí dormireis en los fantasticos colchones IKEA de la calle, pero son comodos.
    Para todos muchos recuerdos allá donde estéis y un abrazo!!!

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