sábado, 25 de diciembre de 2010

ESPECIAL NAVIDAD: "Vuela como puedas" Parte 1

Me cago en las precipitaciones en forma de nieve que se están dando estas Navidades en toda Europa, en especial en Alemania. No puedo iniciar esta entrada de otra manera, pues mi fiel compañero San Pableras y un servidor las hemos pasado putas para regresar a la patria. Cada problema que nos ocurría era más gracioso que el anterior, y todos juntos formaron una pelota que explotó, os diré dónde, en el baño del vuelo LH 1112 Frankfurt-Madrid. Este tipo de experiencias son las que te hacen alejarte más de la religión y de Fray Richard...

La pesadilla del viaje Bremen-Madrid comienza la noche anterior, cuando se me ocurrió hacer una Mojito's Party en mi casa con los colegas alemanes, lo cual derivó en noche de fiesta en Lila Eule y siesta de un par de horitas antes de coger el supuesto avión que me llevaría a casa.

A las 8 de la mañana del viernes 17 me levanté de la cama con las sábanas pegadas. Aún tenía que pegarle un último vistazo a la maleta, ¿para qué?, si finalmente las gafas me las dejaría olvidadas en el baño... Total, que a las 9:20 estaba en el aeropuerto de Bremen con los dedos cruzados, hasta que me dirigí a las pantallas de los vuelos y vi "GESTRICHEN". Y me dije para mí: "¿Qué coño es eso?, qué mal suena... espero que signifique 'vayan subiendo que nos vamos cagando leches' y no 'cancelado'...". Así que me dirigí al stand de información para que me aclarara esta duda y sí, me llevé la hostia, significaba cancelado. ¿Y ahora, qué? Pues a ponerse en la cola de Lufthansa para negociar una rápida y no muy dolorosa salida del país.

En esto que veo a San Pableras llegar, fue como una aparición divina. Me acompañaría durante toda la aventura, al igual que el gran vídeo del italiano en Malta. Una aventura que empezaría con 4 horas de espera en una maldita fila de no más de 30 metros. Resultado: tres canas y dos cafés pagados a lo tonto, pues justo cuando llegó San Pableras con ellos nos dimos cuenta de que estaban poniendo bebidas gratis para los afectados. La primera patada en los huevos del viaje. Total, que cuando llegamos a la pole position de la cola, nos tuvimos que hacer una foto de celebración.

Ahí comienza el periodo de negociación con una trabajadora de Lufthansa, que nos ofrece un tren directo a Frankfurt para que cojamos el vuelo a Madrid de las 21:10. No esta mal, a grandes problemas, grandes soluciones. Así que nos cargamos el equipaje y le tiramos para Hauptbahnhof. Allí prosigue la pesadilla. Comienza a nevar, bajan nuestras expectativas de llegar a Madrid ese mismo día y el tren que nos lleva a Frankfurt se retrasa una hora. Esto significa que llegaríamos muy pegados de tiempo para facturar y subir al avión...

Cogemos el tren, muy cómodo por cierto, aunque con algún que otro pasajero estúpido. En ese tren podías gritarle a tu compañero durante una hora todo lo que habías hecho esa semana pero no podías subirte el autoestima y poner un capítulo de South Park porque un viejo amargado se levantaba a pedirte explicaciones... En esos momentos lo único que se te pasa por la cabeza es matarlo, bueno, a él y a cualquier persona medianamente estúpida que, cuando tienes la moral por los suelos, se te acerca para tocártela, y la moral también... Por cierto, Grandísimo capítulo el de la muerte de Cartman.

Nos bajamos en Colonia porque nos dicen que debemos coger otro tren que va más rápido para llegar a tiempo al aeropuerto. Pero cuando nos bajamos, nadie nos sabe decir cuál es el famoso tren... Finalmente lo encontramos y nos subimos. Incluso hacemos migas con el compañero que nos toca enfrente y con su Furby (aclararé que el Furby era un hombre pakistaní que era clavado al muñeco y solo sabía dormir y dar cabezadas de vez en cuando). Total, que cuando llevamos un rato en el tren, comentan algo por megafonía y San Pableras se raya, y me raya. Entonces es cuando entra en acción el compi alemán, para traducirnos lo que ha pasado: "Justo hoy, hay un incidente/avería en las vías/trayecto del tren y por ello hay que coger otra ruta y el tren tardará una hora más de lo que acostumbra..." Perfecto, echamos cálculos y nos damos cuenta de que el avión a Madrid lo vamos a perder. Aunque aún nos queda un as en la manga, o más bien un hilo de esperanza en forma de retraso...

Pero nada más lejos de la realidad, cuando llegamos al stand de información nos encontramos con una jóven que pregunta por su vuelo y justo detrás un asiático (no me aventuraré a decir de dónde era el campeón) que acabaría con nuestra paciencia más adelante. Cuando nos toca nuestro turno, escuchamos la segunda patada en las pelotas del viaje: "Ustedes han perdido su vuelo a Madrid, ha salido en hora". Cayendo la de Dios de nieve, retrasándose todos los jodios vuelos, trenes, etc... ¿y justo nuestro vuelo sale en hora? Pues sí...

Entonces nos colocamos en otro stand para pedir otro vuelo pero... allí estaba el asiático, comiéndole la oreja a la señorita de Lufthansa. Tanto que nos cerraron el stand en nuestras narices y nos hicieron recorrer medio aeropuerto para hacer otras horas de cola y preguntar por el siguiente vuelo a Madrid. Pero no hubo soluciones, simplemente nos apoyaron moralmente para lo que iba a ser nuestra noche en el aeropuerto y, eso sí, un cheque de 15 euros para gastar como cerdos en el McDonalds...

Hasta aquí la primera parte de "Vuela como puedas". En el siguiente episodio podrán hacerse eco de la maravillosa noche de hotel, digo de suelo, que pasaron San Pableras y Jaime en el aeropuerto de Frankfurt, así como las innumerables horas de colas, listas de espera, retrasos y problemas de equipajes... ¡Sigan atentos a Erasmuseando por Bremen! ¡Y feliz Navidad!

¡Un bratso!
  

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Alicatando iglús en Estocolmo y una fiesta del bigote

Antes de nada, quiero aprovechar esta nueva entrada para oficializar mi fichaje por el 'Barder Bremen', un club poderoso del barrio de Arganzuela que ha apostado muy fuerte por mis servicios (el salario consta de una birra y una bolsa de pipas si lo hago bien). Me siento muy orgulloso de pasar a formar parte de las filas de tan laureado club y vestirme su zamarra durante dos partidos en los que me dejaré la piel. Adjunto noticia.

Tras esta buena noticia, paso a narraros un poco la experiencia vivida en Estocolmo. Sigo vivo. Bremen me ha hecho tan fuerte que ya soy capaz de aguantar todo el frío que se me ponga por delante e incluso coches bomba.

El jueves fue un día gracioso. Para empezar, cayó una nevada de pelotas durante la noche del miércoles. Por la mañana, tras hacer una presentación en la universidad, me fui directo al aeropuerto. Allí se retrasó nuestro avión algo así como una hora... Llegamos a Estocolmo, perdón, al aeropuerto de Skavsta, que en sueco significa "Aquí perdió Cristo el mechero, sí, justo aquí". Tras hacer el pertinente cambio de monedas nos dirigimos al autobús que nos llevaría a la capital. Una vez dentro, me coroné como el más hábil de la expedición puesto que corrí hacia los últimos asientos del autocar y me permití el lujo de echarme una siesta de una hora y media. Este hecho no me hizo obviar un dato curioso del trayecto hacia Estocolmo: el conductor cogió el micrófono y, con menos voz que Camacho después de ganar el Mundial, comenzó a contarnos su vida. Por el tono de sus palabras pensamos que se estaba muriendo y que quería compartir con nosotros su último aliento, pero el hombre duró como un jabato la hora y media de viaje. Eso sí, cuando llegamos a la capital volvió a agarrar el micrófono para darnos la chapa...

Pues ya estamos en Estocolmo, ¿y ahora qué? Para el hotel, digo hostal, digo albergue... Sólo diré que nos costó algo así como 10 minutos averiguar cómo coger las llaves de nuestras habitaciones (la recepción cerró a las 7 de la tarde) y unos 15 o 20 minutos encontrar las habitaciones... Por experiencia propia, uno se llega a sentir muerto cuando se pierde por esos pasillos. El primer o el segundo día perdí a mi grupo de habitación y me costó más de un cuarto de hora y cientos de llamadas perdidas encontrarlos. Se pasa miedo, vagué llorando desconsolado como una niñita hasta llegar al salón común, donde se encontraba la tropa. Puedo dar fe de que es muy probable que haya muerto mucha gente por esos pasillos del infierno plagados de puertas que llevan a terceras fases... Una movida.

Por otro lado, la ciudad es increíble. Edificios bonitos y como nuevos por todos lados, nieve como para cubrir a Falete, mercadillos navideños, suecas... Suecas, suecas, ¿suecas? ¿Dónde están las suecas? Parece que las típicas rubias altas despampanantes recibieron un aviso de Ryanair de nuestra estancia en Estocolmo y se escondieron. Bueno, quizás fue eso o que cambié de desodorante, nunca lo sabremos amigos. ¡Ah! Algo realmente extraño que vi en Estocolmo: paseando por la ciudad, de repente nos encotramos con una televisión y un video en medio de la calle, con sillas para que la gente se sentara y se dejara lavar el cerebor por no se qué asociación o lo que fuera. Adjunto foto de un idiota congelándose el culo sentado a -5º en una silla delante de un televisor en medio de la calle.

A la vuelta, lo más gracioso que me pasó fue que una vieja se nos coló durante la subida al avión aprovechando un momento de confusión en el que nos tirábamos una foto, y que me hice un book de fotos con Andrew mientras babeaba soñando con las suecas que no vio en Estocolmo. Sin olvidar el super sandwich mil sabores de Carlos y los innumerables sobresaltos cada vez que veíamos a alguna persona de origen árabe en el aeropuerto (por eso del atentado en Estocolmo).

Por cierto, no podemos pasar por alto una hecho meteórico ocurrido hace una semana. Probé la tortilla más gorda jamás vista, y además estaba buena. Si no fuéramos tan avariciosos, creo que podríamos haber alimentado a más de medio barrio... pero siendo mi primera tortilla española del Erasmus, por mi cacho de tortilla MA-TO. Adjunto foto del chef mostrando su tortilla transgénica. Enhorabuena Pablo.


Más cositas, ayer mismo tuvimos la fiesta del bigote, concretamente se llamaba "Bi Gote, my friend". Para los que estén más lentos de reflejos adjunto este video que os ayudará sin duda a coger la coña al vuelo. Si no la habéis cogido aún, dejad de intentarlo y no me lo digáis jamás, gracias. Pues fue una fiesta grandiosa, que me ha hecho dormir casi un par de horas antes de ir a la universidad, y para colmo en mi tiempo de siesta aquí me encuentro escribiendo chorradas en este estúpido blog (te lo dedico Óscar, gracias por tu apoyo incondicional).

Para terminar por hoy, mamá sé que estás leyendo esto, así que quiero cebarme de comida estas Navidades. Necesito comer bien, por fin, durante un par de semanas. ¡Quiero engordar y engordar hasta que mi cuerpo me permita hacer el 'Súper Baile'!

Nada más amigos, que tengo mono de Madrid, mono de coche, mono de familia y mono de colegas...

¡Un bratso!
  

lunes, 6 de diciembre de 2010

Minka me ha adelantado mi regalo de Navidad

Hola, amigos. Hoy vamos a aprender cómo escurrir el bulto de la manera más sutil posible. ¿Y por qué estoy en plan madre dándoos consejos? Pues porque quizás algún día os pase a vosotros, Dios quiera que no...

Pero antes de nada, quiero dedicarle esta entrada a Pipita Higuaín, porque es mi ídolo y porque lo está pasando mal en estos momentos. Recupérate pronto Pipa, ¡sé que eres un fan incondicional del blog!

Pues bien, el viernes pasado me levanté por la mañana sobre las 11 o así después de una noche de fiesta. Lo primero que hice fue echarle mano a una lata de cacahuetes abierta que tenía al lado de la cama, para dejarme la boca aún más seca de lo que la tenía. Soy un temerario, estoy muy loco... Después de meterme en las diferentes páginas de internet como cada mañana y de hacer un par de fichajes en el Comunio, me dirigí hacia el baño a echar la primera meada de la mañana (¡qué explícito!). Tras ese momento de descanso no me iba ni a imaginar lo que me esperaba en la cocina cuando mi único objetivo era el de beber un poco de zumo...

Me dirigí lentamente a la cocina con mis zapatillas de andar por casa del Milán. La puerta estaba cerrada, ¿por qué? "Jaime, quizás alguien ha dejado la lavadora puesta, no quería que oyeras el ruido y por eso ha cerrado la cocina..." Perfecto, ningún problema hasta que abrí la puerta. En mi primera bocanada de aire sentí cómo un sutil olor a mierda se colaba hasta lo más profundo de mis pulmones. "Mmmmmm, aquí hay algo raro, no creo que huela a mierda solo por esa montaña de platos de 3 metros que aguarda en el fregadero..." Lo dejé pasar durante medio minuto, lo justo para beber unos sorbos de mi estupendo zumo de naranja de Granini y percatarme de que el gato estaba sentado en una de las sillas de la cocina.

"Aquí ha pasado algo de lo que yo no me he enterado..." Entonces decidí seguir el rastro del olor a mierda hasta una de las esquinas de la cocina. Efectivamente había ¡una montaña de mierda! recién salida de los intestinos de Minka (adjunto foto disimulada de la situación al más puro estilo de '¿Dónde está Wally?'). La muy jodida aún no ha aprendido a abrir puertas (tarea en la que me pondré en las próximas semanas) y su esfínter no pudo aguantar el apretón. Pero ahí estaba la gata, con los ojitos del gato con botas de Schrek y sin decir ni 'miau' (pésima gracia ¬¬').

En ese momento me percaté de que estaba solo en casa. No quise que cundiera el pánico, así que me tomé un par de paracetamoles y decidí hacer como si no hubiera visto nada hasta que apareciera alguien por allí y me ayudara a retirar aquel monumento. Tras mantener una interesante charla con Morquecho sobre cómo limpiar mierdas de animales, me vestí con los atuendos necesarios para no pasarlo demasiado mal (adjunto imagen de mi vergonzoso vestuario para la ocasión). Entonces cuando ya me había decidido a retirar los despojos de Minka de la cocina tras 20 minutos meditando mirando fijamente aquella porción de mus de chocolate... ¡apareció el casero!

Así que ahí comenzó mi actuación: "Mira lo que ha hecho la gata hoy, lleva al diablo dentro...", "Oh, tranquilo, ahora lo retiro yo", "No, hombre, no... si a mí no me cuesta nada...", "Qué va, tranquilo, lo quito yo en un momento...", "VALE". Así que mi casero cogió papel de cocina y mandó al infierno aquella mierda. Y yo tan contento, volví a la cama para recuperarme del susto...

Y hasta aquí mi segunda peor experiencia de la semana, superada en gran medida por el seguimiento del Clásico en la residencia Galileo. Fue algo que jamás debí haber hecho... 80% de culés contra 20% madridistas... y alguno del Betis entre el público ('Viva er Beti manque pierda'). No lloré por vergüenza, aunque por vergüenza debería haber llorado (te lo dedico Tara)... Absolutamente lamentable.

Para finalizar, os contaré un par de situaciones o tres que han ocurrido esta semana: ha nevado (¡por fin!) pero ya empieza a derretirse la nieve...; me he dejado literalmente los pies en mis partidos de fútbol con alemanes, y jugamos en un campo sin fueras (con paredes) y son tremendamente competitivos (vamos, que dan unos palos que da gusto, y un Guti como yo no está acostumbrado...), por lo que cualquier día moriré con las botas puestas; más, el otro día tuve una pesadilla en la que diferentes amigos iban muriendo y yo de repente sentí como que me hundían en una bañera y no podía hacer nada (creo que grité por la noche). No os contaré quién salió en la pesadilla para no asustaros, pero Sevilla, tú eras uno de ellos tío, lo siento... Y por último otra pesadilla: mi casero me dijo el otro día que por las noches duerme sin calefacción y con la ventana abierta... ¡Ah, no! Que ésto no fue una pesadilla, fue verdad... Escalofriante.

Y hasta aquí mi degenerada entrada de hoy, amigos. Espero que la disfrutéis, y ya de paso quiero despedirme por si acaso no vuelvo vivo de Estocolmo (me voy del 9 al 12). Quizás me despida este miércoles...

¡Un bratso!
  

lunes, 29 de noviembre de 2010

Bolsas que explotan, Dimitris en potencia y mi gato Joaquín Sabina

Antes de empezar con todas mis tonterías, me gustaría recordar desde este humilde rinconcito de internet al que fuera un genio del humor, Leslie Nielsen. Gloria allá donde estés.

Esta entrada la escribo desde clase. ¿Y qué tiene eso de importante? Pues que no es mi clase... Aquí me hallo, en última fila junto al hombre que me ha hecho dar el paso hacia este sufrimiento. Me explico: he llegado tarde, para variar, entonces cuando he intentado entrar por primera vez he visto que había otra profesora pero los mismos alumnos. Asustado por la situación me he dejado llevar por el pánico y he cerrado la puerta. Dos minutos después ha aparecido un compañero de clase, al que le he preguntado que dónde era la clase hoy. Tras asomarse al aula me ha dedicado un gesto de aprobación, por lo que también he entrado. Una vez sentados me ha dicho que las profesoras se han cambiado el horario esta semana, justo esta semana. Así que tendré que esperar a que la profesora haga una pausa para volar de aquí, aunque lo que realmente me gustaría hacer sería salir pitando de la clase mientras hago el baile de Dimitri...

Por cierto, desde mi posición al fondo de la clase puedo atisbar las webs donde se meten los alumnos durante la clase. Justo delante de mí hay un par de chicas mirando botas en internet mientras navegan por Facebook; delante a la izquierda hay un chaval que está jugando en el casino online (no sé si con dinero o no, pero apunta cosas en el cuaderno a la vez); y más adelante hay una chica jugando al juego de juntar bolas de colores, amén de otro par de estudiantes que tienen el Word abierto...

Continúo, ¿os he hablado de la estupidez humana? Aparte de metiéndose en clases ajenas, una persona puede demostrar su poca destreza mental de diferentes maneras. Aquí os adjunto una definición gráfica y una explicación de lo ocurrido. El miércoles fui a sacar la basura por la noche porque el camión pasaba al día siguiente. La bolsa estaba más 'petada' que los pantalones de Falete, casi teníamos que grapar la mierda a la bolsa para que no se derramara. Además, atisbé un pequeño agujero en la parte inferior. Por tanto decidí sacar otra bolsa para meter la antigua en la nueva y poder llegar sin peligro al contenedor. Bueno, pues fue sacar la bolsa de la papelera y ocurrió. Sí, amigos, derramé toda la mierda de la semana por el suelo del 'salón'. Tras contemplar la situación atónito durante 10 segundos, decidí reírme, echarle una foto y avisar a Juan para que me ayudara a meterlo en la bolsa nueva, cosa que logré hacer con una pala de quitar nieve que hay en el cuartito oscuro. Asqueroso.

Tengo que interrumpir la entrada porque acaban de pasar dos cosas en la clase: la primera es que la chica que jugaba al juego de las bolitas se ha pasado al buscaminas; la segunda es que mi compañero de al lado me acaba de invitar a jugar al fútbol mañana y en este momento me siento un chico 'popu'.

Continúo. Esta semana ha acontecido el International Day en mi universidad. ¿Y eso qué es? En pocas palabras: la ocasión perfecta para ponerte literalmente hasta el culo de comida de otros países y de paso bajar la comida con unos cuantos vasos de sangría 'tipical spanish'.

Por cierto, en casa todo bien. Salvo por Minka, que está realmente constipada. Eso le pasa por intentar escaparse de casa con el frío que hace ahí fuera. Espero que aprenda. Ahora no para de estornudar y vaga por la casa como una hipocondríaca tratando de maullar pero sin conseguirlo, emitiendo maullidos como haría el mismísimo Joaquín Sabina.

Más cositas, esta semana he acudido a dos fiestas. El jueves salí y coincidí con mis compis alemanes de clase. Me lo pasé tetilla. Y el sábado salí a una fiesta en una universidad, donde pude ver a la gente más acabada jamás vista. Tíos y tías durmiendo en el suelo (alguno incluso se había meado encima), gente cayéndose al suelo desde una tarima, tíos semidesnudos montando a caballito, otros intentando colgarse de canastas... imaginaos una discoteca llena de Dimitris, una locura.

Por último os cuento noticias breves de la semana y termino con un consejo:

  • sigo sin perfeccionar mis huevos fritos, aunque prometo a mis seguidores que lo seguiré intentando;
  • he encontrado el calcetín que perdí hace semanas. Ha aparecido en la última lavadora que puse. Parece que no han aceptado su entrada en el reino de los calcetines perdidos y ahora es un alma perdida y atrapada en nuestro mundo;
  • desgraciadamente, esta semana se me ha comparado físicamente con Sergio Busquets, ¿por qué? ¡Todos sabemos que tengo un aire a Ezequiel Garay!
  • he descubierto que los fines de semana en su tiempo libre, mi vecina se dedica a cantar ópera. Iré anotando sus progresos...

Y ahora, el consejo de amigo que os prometí: no intentéis cocinar y bailar al mismo tiempo. Vuestros espaguetis pueden acabar besando el suelo de vuestras cocinas.

Disfrutad del temporal que nos acecha allá donde estéis. Aquí han empezado a caer los primeros copos...

Pd: estoy muerto de ganas de que llegue el Clásico, el primero de la era post Guti, post Raúl y post Ibrahimovic... lo iré a ver a la residencia Galileo, ya os contaré.

¡Un bratso!
  

lunes, 22 de noviembre de 2010

La nueva Minka, Harry en inglés, Hannover y más pifias mentales...

Han pasado muchas cosas en mi vida desde la última entrada del blog, pero la más importante es que hoy hace 2 meses que llegué a Bremen y sigo vivo. Mi cabeza va in crescendo, no de conocimientos (que también, mamá) sino de pelo. Ahora me doy cuenta de lo que más echo de menos de España: la familia, mi novia, los amigos, el jamón y a mi peluquera. Pero bueno, peluca de Paul McCartney aparte, centrémonos en estas semanas... Un segundo, antes de empezar, tras aquel momento sublime en Roma cuando descubrí la señal de 'Area pedonale', he logrado superarme. Lo tenía mucho más cerca y no le había prestado atención... En Bremen hay un restaurante llamado 'Delano'. Os dejo con un momento remember, tenía que hacerlo.

He recibido una nueva visita, ha venido mi novia a vigilar si todo sigue en orden por Bremen y a averiguar si seguía teniendo cuerpo o simplemente era una de esas cabezas de Futurama, pues cada vez que me ve en el Skype solo me ve de cuello para arriba. No ha habido sorpresas, salvo que he tenido que ir a ver Harry Potter al cine, en versión original, por supuesto. ¿La película? Muy bien, no me quejo. Pero sí lo hago de aquel día en general, y me explico por puntos:

1) Llegamos al cine a eso de las 4 a comprar las entradas, la cajera saca un puñal de grandes dimensiones y lo inserta directamente en nuestras zonas renales. Acto seguido se queda con 9 euros por cada entrada. A todo esto, el mapa de la sala lo tenía al revés y al elegir sitio efectivamente lo hago al revés y acabamos sentándonos en la 3ª línea (clickea aquí para ver mi pensamiento en aquel momento).

2) Tras dar un paseo por el Bürgerpark para recuperarnos del susto, volvemos al cine. Entramos en la zona de bebidas sin enseñar a nadie las entradas, aquí te las pican en la puerta de la sala. Pedimos un menú, el hombre que nos atiende me encañona con una pistola y me roba 8 euros. Llegado el momento de las palomitas, me empieza a hablar en alemán, intuyo que tengo que elegir entre dulces o saladas. Mi reacción: "sí, esas mismas". Según me las da, son dulces. Sandra me lo hace saber y entonces suelto una de las respuestas más idiotas de la historia de la humanidad: "¡Joé, yo es que creía que las palomitas dulces solo eran de colores!". Lo peor es que lo dije con decisión. Lamentable.

3) Tras sentarnos en la 3ª fila, me siento como un idiota hasta 10 minutos después, cuando otro señor se sienta en la 2ª, algo que sinceramente me alivió. Entonces comienzan los anuncios, que no los trailers. Hubo uno que se llevó la palma: te enseñaban a toser correctamente. Sí, amigos, un minuto de spot para saber toser correctamente.

4) Cuando llevamos 20 minutos de anuncios estúpidos de televisión, comienzan los trailers. La película debía empezar a las 19.30 y no lo hizo hasta las 20.00. Estábamos sintonizando ya con TVE para ver las campanadas con Ramontxu cuando por fin aparece el símbolo de Warner Bros... ¡pero de repente aparece un idiota llamado Otto que publicita su estúpida película!


5) Y por fin empieza Harry Potter, media hora después de lo esperado... Y ahí es cuando piensas: "Hostia, pues sí que es jodido ver una peli en versión original sin subtítulos". Aunque siempre había un sector del cine entendido que pillaba todas las gracias de la película al vuelo, concretamente el fondo noreste, siempre se oían las mismas carcajadas. Hubo un par de veces que me reí para no quedar demasiado mal... aunque lo que realmente quería hacer era esto.

Además de esta sucesión de malentendidos en el cine de Bremen, he de contaros que esta semana ha sucedido un drama en casa: Minka se ha escapado... ¡pero ya está en casa! ¡Y viva! Por lo visto pasó 2 noches en la perrera, o lo que es lo mismo, la cárcel. Ha vuelto a casa lesbiana perdida, llena de tatuajes, con un pañuelo en la cabeza y unas patas más fortalecidas... la cárcel la ha cambiado, ahora es un gato rebelde. Es más, hace 10 minutos ha entrado mi casero preguntándome por ella, si se ha vuelto a escapar esto es para mear y no echar gota...

Más cositas, paseando con Sandra hacia el cine el otro día me di cuenta de que hay una parte del muro de Berlín expuesto cerca de la estación central. Estoy muy puesto en mi ciudad, eh... ¬¬' Según la cara de Sandra, a ella le sorprendió mucho más que a mí (aquí arriba tenéis el momento remember). Por cierto, la semana que viene comienza el mercado navideño aquí en Bremen y empiezan a iluminar toda la ciudad. Ya subiré fotos...


El jueves salimos por el cumpleaños del grandísimo Pablo. La noche estuvo genial, creo, no puedo recordar nada, la verdad, solo que estuve con 'El Hombre del Revés'.

También hemos estado en Hannover, donde nos hicimos una foto-tuenti con el ayuntamiento, que realmente lo peta. También nos quedamos con las ganas de alquilar un coche barril, en el que pudiéramos pedalear por la ciudad y bebernos unas buenas cervezacas. Pero hay que decir que lo que verdaderamente nos volvía locos era ir a ver el barrio rojo de Hannover, y acabamos en una zona donde hasta Chuck Norris se habría cambiado de acera. Por cierto, la pregunta que usábamos para llegar al sitio era: "Perdón, ¿sabe dónde está el barrio rojo?", acompañado de un: "Sí, hombre, donde están las putas, sí, ahí en los escaparates y eso, donde están las putas apoyadas, in the windows, ¿sabes?" Como siempre, dejando a los españoles en lo más alto del pabellón. Debimos habernos hecho pasar por italianos...

Para ir cerrando, os hago un apunte sobre la última foto. Me la hice con una señal que hay por Bremen y que dice algo así como 'prohibido usar pistolas, bates o navajas entre las 8 de la tarde y las 8 de la mañana. Según nos han explicado, significa que entre esas horas hay más seguridad, y que si llevas algún arma que la guardes por si te pilla la policía. Sin comentarios (cómo me gusta usar este vídeo)...

Se os sigue echando mucho de menos... Por cierto, no dejéis de echarle un vistazo al nuevo blog de mi coleguilla Morquecho, lo tenéis de enlace junto a los vídeos de Purpur... ¡Arriba Gilisport!

¡Un bratso!
   

martes, 9 de noviembre de 2010

¡Con un par de huevos!

Lo primero es lo primero, hoy es 9 de noviembre de 2010 y Belén Esteban cumple 37 años. Supongo que España entera estará colapsada por la noticia. Yo me he enterado gracias a este enlace de Cuanta Razón. Gracias por hacer que el día de hoy no pase desapercibido para mí.

Bueno, ahora al lío... ¡Hoy he hecho mi primer par de huevos fritos! (Aunque el segundo se ha reventado...) Todo ha sido inesperado, yo llegaba a casa para comer, tenía previsto comerme un filete de pollo empanado (solo tenía que freírlo dos minutillos y hecho) pero se me ha ido la cabeza. He pensado "¿Qué querría Belén Esteban por su cumpleaños?", y pronto me ha venido a la cabeza, "una nariz". "No, Jaime, una nariz no puedes, pero creo que estaría muy orgullosa si el día de su 37 cumpleaños hicieras los primeros huevos fritos de tu vida". Y allá que me he puesto.

Estaba tan orgulloso de la hazaña que he ido a por el móvil para grabar el momento, pero cuando he visto saltar tanto el aceite me lo he pensado dos veces, yo sé de una que dijo que la lió parda y acabó siendo un fenómeno de Youtube... Pero esto no me ha impedido hacer una foto de mi maravillosa obra de arte, de la cual tengo que decir: "Tenía mejor sabor que pinta... y tenía más hambre que el perro de un ciego".

Bueno, damos un salto unos días atrás y vamos con la versión figurada del título de la entrada. Vaya par de huevos tuvieron esos valientes que se lanzaron a la laguna de la Residencia Galileo de madrugada, lloviendo y con un frío del carajo. Ellos saben quienes son y que tienen todos mis respetos desde aquel fabuloso momento. Menudo espectáculo. La mejor manera de celebrar un cumpleaños, ¿eh, Javi? Grandes.

Más cositas, me he movido de Bremen esta semana. El primer destino fue Oldemburgo, y para ser la primera vez que cogí un tren en Alemania, la lié. Con mi abono de transportes puedo coger cierto tipo de trenes, en otras palabras, los de los plebeyos. Eso yo no lo sabía, o me salté ese capítulo de Barrio Sésamo... Pues el caso es que nos montamos en un vagón parecido a los del AVE, con asientos enormes y reclinables... Pensé: "joder, menudo nivel que tienen los alemanes, me siento un marqués, voy a poner aquí la Coca-cola... anda, si ni siquiera se mueve el líquido, increíble, chapeau". A los 5 minutos pasa una revisora, y como si de un famoso VIP se tratase, saqué mi Semesterticket sin mirarla siquiera. Ella no se movió del sitio, es más, nos invitó a abandonar el tren en la próxima parada y coger uno acorde a nuestro abono... Todo hay que decirlo, debió quedárseme una cara tan de gilipollas que no nos puso ni multa.

Con la lección aprendida, también he viajado a otros dos sitios: Bremerhaven y Hamburgo. En el primero vi un edificio en forma de barco realmente precioso, amén de ver el Mar del Norte. Por lo visto Bremerhaven tiene el puerto pesquero más grande de Europa según Wikipedia, no digo más... Bueno, a parte tiene un Decathlon, al cual desistimos de ir porque el tiempo nos pisaba los talones y ya nos habíamos perdido en un autobús...

Hamburgo es otra cosa, una ciudad con encanto tomada por Gallardón, llena de obras. Pero muy bonita, con canales, con su barrio lleno de sex shops y salas recreativas... aunque regresé a Bremen con la sensación de no haber recorrido ni siquiera el 10% de la ciudad. Volveré, Hamburgo, volveré.

Por lo demás, no quiero despedir esta entrada sin anunciaros que el otro día lavé unos vaqueros, unos vaqueros que podían andar solos hacia la lavadora ya... También he visto una película americana en versión original doblada en alemán (preocupante que en algunas fases de la peli me enterara más por los subtítulos que por el audio) y he hecho las paces con Minka, a mi manera. Ayer me di cuenta de que se quedó dormida en el recibidor esperando mi llegada, yo lo que hice fue rayarla moviéndole la manta donde estaba acurrucada hasta que me aburrí. Ya sabéis que soy un temerario, un forajido de la ley...

¡Un bratso!
   

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Recién llegado de Roma para convertirme en una estrella

¿Qué tal amigos? Pues nada, he necesitado tan sólo un mes y una semana para convertirme en una estrella de la televisión alemana... que noooo... ¡pero casi! Hoy han venido a mi clase un grupo de periodistas que iban a hacer un reportaje sobre el periodismo en nuestra universidad (o algo así) y han estado grabando en mi aula (mientras hacíamos que trabajábamos), y luego le han hecho una entrevista personal a una compañera. La televisión en cuestión se llama 'NDR' y el programa donde se emitirá es 'ZAPP'. No hay ningún desnudo integral mío durante el reportaje, por lo que no resulta demasiado interesante, ya os contaré si encuentro algún enlace cuando se emita...

Continúo contándoos mis últimos días, que no los he pasado en Bremen sino en la bella Italia. He estado en Roma con Sandra de turisteo. Y allí he logrado abrir mi mente y he tenido tiempo para reflexionar sobre algo: todas las palabras que contienen el término 'pedo' provocan una sensación de bienestar supremo en mi interior, lo cual logro exteriorizar con una risa tonta de entre aproximadamente 5 y 10 minutos, amén de repetir la citada palabra durante los 3 o 4 días siguientes acompañado de una leve sonrisa.

¿Y a qué viene esto? Os cuento. Caminando cerca de Piazza Spagna, una zona de tiendas exclusivas, nos cruzamos con Joan Laporta y su novia de unos 25 años máximo. Como no nos llevamos extremadamente bien, Joan se hizo el loco y no me saludó. Sandra me dijo: "¿Por qué no te haces una foto con él?" A lo que respondí amablemente y como hubiera hecho el mismísimo Bartney Stinson: "bah... por favor...". Moraleja que saco de esta historieta: me alegra muchísimo más la vida y me llena de satisfacción hacerme una foto con una señal que dice 'Area Pedonale' que hacerme una foto con Joan Laporta.

Por supuesto no podían faltar las gracias en esta entrada a Sandra, que ha hecho que coma en 3 días más de lo que he comido en Bremen en un mes: huevos fritos, patatas fritas, ensaladas, filetes de ternera, arroz con rissotto y bacon (o algo así), tortilla de patata, empanada (gracias a las compis de piso, por supuesto). En una palabra: fantabuloso. Os adjunto un momento remember de mi cara de gozo al encontrarme con un menú de dos platos mínimo sobre la mesa.

¿Más anécdotas del viaje? Realmente hay algunas que no puedo contar (aunque son realmente graciosas) y no se trata de más palabras que contengan 'pedo'... Pero bueno, os cuento una que nos hizo gracia a mí y a todos los presentes en aquel momento: en el viaje de ida de Bremen a Milán vi cómo un borracho alemán llegaba corriendo a la última llamada de su vuelo con destino a Múnich. La azafata no paraba de gritarle que se diera prisa (todo esto lo entendí únicamente por el contexto) y el campeón venía con una cerveza en cada mano y haciendo eses. Tras decirle la azafata que con eso no pasaba se lamentó y se terminó las dos botellas en unos 10 segundos. Genio y figura.

Y quiero terminar esta entrada con una historia de terror digna de las fechas en las que nos encontramos (Halloween), aunque me ocurrió dos días después. Fue ayer, concretamente. Estaba tumbado en mi cama con el ordenador en las piernas escuchando la cadena Ser, digo la Cope, que retransmitían el Copenhague-Barcelona, y noté una presencia extraña. Algo se movía a mi izquierda. Giré la cabeza levemente y ví una pelusa que se movía. Enfoqué y vi una araña que se dirigía hacia mí, ¡en mi cama! Y no precisamente de las patilargas asquerosas, sino una araña de verdad. Una araña que la semana pasada se la pasó entera en el techo de mi habitación y la di libertad. Está visto que a las arañas las das una mano y te cogen el brazo... Pues salté como un resorte y tuve 2 segundos para pensar: "Voy corriendo a por la aspiradora o la mato ya mismo con la zapatilla?" El extremo estado de pánico que me envolvía me hizo soltarle 10 zapatillazos consecutivos. Acto seguido la recogí con un folio (jamás la toqué) y a la basura... Todo un héroe. Un héroe que se ha pasado toda la noche como un lemur rezando porque la araña no fuera gitana y me fueran a atacar sus primos en mitad de la noche.

Pues hasta aquí mis historias de esta semana. Sigo teniendo pendiente echarle unas cuantas fotos a mi habitación y comentaros un poco sobre mi humilde morada... Bueno, voy a completar este maravilloso post con un maravilloso vídeo que espero que disfrutéis solos o en compañía.

¡Un bratso!
  

martes, 26 de octubre de 2010

De la muerte del pulpo Paul al cada vez más cercano adiós de Minka

Antes de nada, quiero felicitar públicamente a Irene Purpurina, que justo hoy está celebrando su cumpleaños en Coimbra. ¡Espero que montéis una buena juerga por Portugal!

Segundo punto del día, amigos... hoy ha muerto el pulpo Paul. Ese bicho que nos hizo ganar el Mundial, porque no fueron Iniesta, Xavi,Villa y compañía, no... esos son unos mataos. Fue Paul. Gloria allá donde estés.

Esta ha sido una semana muy tranquila, la verdad. Quizás lo más reseñable sean mis inagotables ganas de matar a Minka. Sí, amigos, el gato me la ha vuelto a hacer. Pero esta vez no he tenido únicamente que recoger todo el papel higiénico roto de mi baño, que también (maldito peludo de cuatro patas), sino que he tenido que recoger las teclas de mi portátil...

Vale, el problema también podemos achacarlo a mi empanada enorme, pues dejé mi habitación abierta a sabiendas de que hay un monstruo horrible vagando por la casa. Sí, soy un tanto estúpido y quizás tenga el 90% de la culpa, pero me encantaría matar al gato igualmente cada vez que escribo una palabra con 'P'. Un apunte, aunque no tenga la tecla, puedo seguir pulsando un pequeño muelle, por eso escribo todas las 'Ps'. Para el que se haya hecho esta pregunta, es una pregunta muy común, no pasa nada.

Bueno, el caso es que me había ido a comer tranquilamente un buen plato de pasta (¿qué, si no?), con sus espaguetis, su carne picada y su tomate boloñesa... gloria bendita, y me dispuse a encarar el camino de tres metros que separan mi cocina y mi habitación (vaya manera de rellenar texto, se nota que he ido al colegio). Pues a la vuelta de tan suculento manjar veo que mi puerta está entreabierta (mal royito...) y según me voy acercando más y más al portátil veo que hay algo raro... ¡qué coño, que hay 6 o 7 teclas esparcidas por la cama! En ese momento, para qué os voy a mentir, me puse a blasfemar como jamás lo he hecho. Prueba de ello es que el gato no apareció hasta horas más tarde.

Total, que me puse a colocar las teclas cual Mc Gyver (la 'A' está mordisqueada, por cierto) y llegué a la conclusión de que me faltaba la 'P' de 'Puto gato aPestoso'. Mi primer pensamiento fue el siguiente: "Maldita Minka, ojalá no esté aquí la tecla porque te la hayas tragado y tengas una muerte angustiosa...". Mi segundo pensamiento fue: "Hostias Jaime, se te ha ido un poco la pinza tío, tranquilo", y mi tercer pensamiento fue: "¿Qué cojones? Maldito gato espero que estés cagando 'Ps' lo que te resta de vida, que a este ritmo es poco...". Y nada, tras buscar la tecla por todos los rincones de la casa aquí sigo pulsando un muelle como un idiota. Para más inri, no he tenido lo que hay que tener para robar una 'P' de cualquier portátil de exposición en los centros comerciales... pero ya llegará... Nota: el gato no ha sufrido ningún tipo de daño físico (que sí psicológico, aunque no me entienda...).

Bueno, y tras intentar ocultar mi infinita estupidez detrás del ingenio y la maldad de un gatillo de 5 meses, voy a contar en primicia la 'Tontería del mes'. Resulta que aquí en Alemania gravan un impuesto sobre la mayoría de los envases de cristal y plástico. Se trata de obligarte a reciclar para poder recuperar ese dinerillo extra que cuesta cada recipiente (el impuesto en cuestión se llama 'Pfand'). El caso es que esta mañana me he levantado decidido a limpiar la mesa de la cocina de tanta botella, que casi no se podía ni comer entre tanto casquillo. Me he ido al Rewe (el supermercado que tiene la máquina en cuestión que te imprime un ticket con el importe a recibir por los envases que tiras) y he tirado todos los cristales y plásticos. Acto seguido me he ido a comprar y cuando estaba mirando las patatas fritas me he dado cuenta de que no había pulsado el botón tras echar los cascos y, por lo tanto, no me había imprimido el ticket con mi dinero. Cuando he vuelto el importe ya no estaba, hoy ha habido algún suertudo que ha comprado con aproximadamente un euro y medio míos. Suena a poco, pero de Erasmus... menos da una piedra.

Y como en este blog no voy a contar que el jueves pasado salí a cervezas y acabé a chupitos de Jagermeister porque alguien metió una botella en el garito y estuve cagando vinagre todo el viernes (hecho que no me permitió salir ese viernes, pero sí el sábado...) pues creo que aquí me despido. No sin antes lanzar una pregunta que me tiene realmente intrigado. ¿Por qué cada vez que salgo de la ducha y dejo secar la toalla, cuando se seca huele fatal? ¿Y por qué recién lavada y seca... sigue oliendo fatal? Misterios de la humanidad para los que espero alguien tenga respuestas...


¡Ah! ¡Y que me voy a Roma a ver a mi media naranja desde el jueves al lunes!

Pd: como no tengo fotos de esta semana... os he metido por ahí fotos-chorra que se dedica a sacarme Sandra vía Skype, espero que las disfrutéis.

¡Un bratso!
   

viernes, 22 de octubre de 2010

Momentos de reflexión 1.0

Hoy me he dado cuenta de cuatro cosas. La primera de ellas es que llevo justo un mes en Alemania y aún estoy un poco frustrado porque el alemán es muy difícil.

La segunda es que me acabo de acordar de una foto que me hice hace un par de semanas con una botella de cerveza Duff que no me compré pero que no dudaré en hacerlo en los próximos días.

La tercera cosa es que me he dado cuenta de que tengo una sonrisa super forzada en la foto con la cerveza Duff. Francamente, no lo entiendo, me hacía mucha ilusión hacerme esa foto...

Y la última cosa de la que me he percatado hoy es que los royos de papel higiénico también tienen su corazoncito.

Esta tarde, estaba manteniendo una acalorada discusión con mi fiel amigo Roca y cuando por fin hemos firmado las paces, he agarrado el papel higiénico y me he dado cuenta de que pone DANKE (gracias, en alemán). Se me han caído dos lagrimones como puños por la cara. Un mes aquí en Bremen y jamás le he prestado atención a ese detalle. Ese artilugio que tantas veces nos ha salvado el culo (sí amigos, chistaco) es humilde, honrado y agradecido como nadie. Desde este rinconcito de internet, quiero mandarle un fuerte abrazo a todos los royos de papel higiénico del mundo. Gracias por estar ahí siempre.


¡Un bratso!
  

martes, 19 de octubre de 2010

El viaje más largo jamás contado

Después de unos cuantos días sin pasarme por el blog, vengo con una historia cargada de anécdotas, la de tres superhéroes (uno de Madrid, otro de Cáceres y otro de Burgos) que dieron la vuelta al mundo y movieron cielo y tierra para llegar a Bremen.

Todo empezó hace unas semanas, cuando le hicieron caso a Ryanair y compraron un viaje de ida y vuelta Valladolid-Dusseldorf bien baratito. Entonces ahora nos situamos en este viernes, cuando recibo una llamada a eso de las 7 de la tarde (hora en la que aterrizaban en Dusseldorf, una ciudad a 300 km de Bremen). Mis ojos se abrieron como platos y mi esfinter se cerró al 100%, no tenían manera alguna de venir a Bremen... Así que me puse manos a la obra y surfeando por internet y gracias a una flor en el culo conseguí contactar con un alemán que compartía su BMW Serie 1 negro para venir a la ciudad de los Trotamúsicos (no de los Aristogatos, como dicen en el pueblo de alguien...).

Pues según me contaron, Sebastian, el chico que les trajo, debía apellidarse Vettel (como el piloto de F1), porque era capaz de conducir a 190 km/h con una lluvia del copón y mandar mensajes de móvil a la vez. Todo un angelito. Pero llegaron sanos y salvos a medianoche y nos fuimos de fiesta, por supuesto. El sábado lo aprovechamos entero para patearnos Bremen y por la noche, fiesta. Por ahora, un finde muy normal. Aquí es cuando se plantean más problemas: no hay manera de volver a Dusseldorf para coger el avión del lunes a las 11 y algo de la mañana.

Después de desestimar un coche a las 8 de la tarde del día anterior, nos fuimos a la estación central a por un billete de tren hacia Dusseldorf. ¿Problema resuelto? Que va. El lunes a las 5 de la mañana me despedí de ellos en el tren y a las 8 de la mañana recibí una llamada en el móvil: "Seguimos en Bremen, vamos para tu casa". ¿Qué pasó? Que nadie avisó de que había que hacer 4 trasbordos durante el viaje, y al despertar del sueñecito volvieron a encontrarse en Bremen... Para colmo, cuando venían para mi casa en tranvía se toparon con un revisor y se llevaron una receta para casa, una receta de la que nos estuvimos riendo lo que quedaba de viaje. Malditos revisores yonkis...

Entonces, tras blasfemar todos juntos bien temprano en mi habitación, nos pusimos manos a la obra para buscar un viaje a Madrid. Y lo encontramos, por Edreams. Pero no permitían que pagáramos con tarjeta por internet. Tras varios intentos y ver cómo iba subiendo el precio, decidimos hacer lo que nos decía un correo electrónico de la compañía: ir a un Banco Santander o un Deutsche Bank y meter el dinero del viaje en X cuenta bancaria. Hecho. Ahora llamamos a Edreams, les decimos que acabamos de mandarles el dinero en metálico y solucionado. Qué va. Todo eran problemas, nada podía ir peor, la rabia y la impotencia eran una ya. Decían que no les llegaba el dinero, que teníamos que esperar... y el vuelo salía en algo más de 12 horas. Tras colapsar el 902 de Edreams de tantas llamadas, por fin mandaron el correo diciendo que todo estaba en orden y podían viajar. Por fin. Así que nos fuimos al aeropuerto a imprimir las tarjetas de embarque y a cerciorarnos de que todo estaba bien. Después, nos volvimos a casa a cenar y ver unos cuantos capítulos memorables de South Park para irnos a las 00.30 de la noche al aeropuerto. Por fin pude dormir en todo el finde, pero mi casero me tenía preparada una sorpresa en forma de 'voy a ponerme a hacer cosas en tu piso por la mañana temprano' que no me ha gustado un pelo, porque me ha despertado y a estas horas sigo más cerca de la muerte por agotamiento que de otra cosa.

La pesadilla había acabado, por fin dejaban de estar atrapados en Bremen, que por otro lado es una ciudad cojonuda, ¿eh? ¡Espero visitas! Y hasta aquí el viaje más largo jamás contado, ahora os comentaré por encima lo que fue de mi vida la semana anterior...

Hace un par de sábados fuimos unos cuantos gruppies a animar a Tara (colega Erasmus), que se ha metido en un equipo de rugby de la ciudad. En el descanso del partido nos fuimos a una gasolinera a por combustible, unas cervecitas y un piscolabis. Y a la vuelta de la gasolinera vi a... ¡Tosten Frings! Muchos de vosotros, amigos, no sabréis quién es este personaje, es el capitán del Werder Bremen (en la foto), e iba con su señora dentro de un Ferrari que era gloria bendita. Me percaté tarde y no pude tirarme encima del coche como una fan loca.

Y cómo olvidar la barbacoa pospartido. Después de estar animando como incondicionales del Unión 60 de rugby, nos colamos en la barbacoa del equipo. Nada más llegar, las palabras del Mister fueron parecidas a estas: "Tengo malas noticias, hay una caja de 30 cervezas y no pueden quedarse ahí, así que tendréis que bebéroslas, lo siento". Esas cervezas se acompañaron de unas buenas salchichas con pan, por supuesto. Grandes los del Union 60 de Bremen.

¡Ah! Una cosa, seguro que todos vosotros también estuvísteis antentos al miércoles, y no precisamente porque era el último capítulo de El Internado, sino porque... ¡era el día de 'Ponte traje'! Y como buenos seguidores de Bartney Stinson esa fiesta se celebró aquí en Bremen, aunque sí que hay que decir que hubo algunos que se lo curraron más que otros... Momento remember de la fiesta con el grnadísimo Sheriff, un colega egipcio del Erasmus que es todo un crack, ya os hablé de él en entradas anteriores.

Por cierto, en la anterior entrada os mentí, sin querer, pero os mentí. Finalmente no fui al IKEA, pero fui el jueves pasado. Y compré unas sábanas nuevas para el colchón que mangué el otro día de la calle, ahora os explico. Aquí en Bremen pasa el camión del plástico y el papel el jueves, y al jueves siguiente pasa el de basura orgánica y demás, y así sucesivamente, cada jueves pasan unos, pero eso sí, sólo una vez por semana. Entonces, viniendo el miércoles de fiesta, pasamos por delante de una casa que había dejado casi todo el mobliario delante de su puerta. No lo dudé y acabé llevándome un par de colchones (como nuevos) para casa. Esto me da que pensar... ¿realmente es necesario ir al IKEA o simplemente darme una vuelta por el barrio los miércoles por la noche cada dos semanas? Ahí os dejo un momento de reflexión...

Se os sigue echando mucho de menos. No hagáis caso a los precedentes, viajar a Bremen no es peligroso, os espero con los brazos abiertos.

¡Un bratso!
  

viernes, 8 de octubre de 2010

Más perdido que el carro de Manolo Escobar

Mamá, tenía que haber aprendido a coser... qué razón tenías. Me han soplado 4 eurazos por coserme el sobaco izquierdo del abrigo, y encima han tardado 3 días en hacerlo. Con esa suma de dinero puedo comprarme 8 o 9 cervezas, digo zumos de piña, tranquila mamá.

Bueno, ya he empezado la universidad y en clase estoy más perdido que un pedo en un jacuzzi (jajajajaja leí esta frase el otro día y aún me meo de risa). Como conté en la anterior entrada, me iba a poner guapo e iba a coger mi maletín de los negocios, y así hice. Aunque habría quedado más formal si hubiera llegado a tiempo a clase, pues como buen español, me perdí con el tranvía sin querer, me perdí por la universidad y finalmente llegué a clase sudando tras subir los 3 pisos más largos de la historia. Tras las risitas alemanas iniciales, avisé a la profesora de que era estudiante erasmus y que bien podían hacer un simulacro de incendios en ese momento que me iba a quedar sentado en mi silla con cara de monguer. Pero se portó muy bien con los españoles, aunque tuvimos que sufrir 3 horas de clase de alemán, con la frustración que conlleva el no enterarse ni del nodo.

Pues esta historia se ha repetido un par de veces más en diferentes clases. Os dejo un momento remember sobre la cara que tuve durante las clases a las que he asistido esta semana.

Cambio de tema, tengo nuevo compañero de piso. Se llama Juan, de Chile. Es un tipo cojonudo, muy buen chaval (sé que estás leyendo esto Juan, así que no puedo hablar mal de ti... aún... muahajaja). Su mayor problema, es alérgico a los gatos, lo que me recuerda que he estado equivocado durante las dos semanas que llevo aquí. El gato no se llama Mika, sino Minka. Con razón se tiró el otro día un pedo en mi alfombra y me jodía el royo de papel por las noches, maldito rencoroso...

Ya he decorado mi habitación, y cuando digo decorar me refiero a colgar la bandera de España y los diferentes posters que me regalásteis (ya haré un capítulo especial cuando la tenga recogida). Eso sí, todo a base de celofán, las paredes están impolutas y no quiero destrozar la bonita relación que guardo con mi casero. Marco, por cierto, nos invitó el otro día a una barbacoa aquí en casa con algunos amigos suyos. Y me enteré de una bomba, que nunca jamás la contaré en el blog, porque me parece de mal gusto escribir por aquí que en la misma casa están viviendo tanto Marco como su ex novia, en diferentes habitaciones. Una situación un tanto extraña...

Por cierto, un minuto de gloria para mis nuevos y grandes colegas O.P. y Janne, dos finlandeses que son unos auténticos cracks, quizá vaya a Laponia a ver la Aurora Boreal con ellos. Pero esto no quita que ayer me cagara en O.P. porque me estuvo llamando toda la madrugada mientras yo estaba babeando sobre mi almohada ya. Para poneros en situación, O.P. es el de la gorra y Janne el de verde, sí amigos, ¡el que se parece a Kimi Raikkonen! ¡Conozco a Kimi!

Para ir cerrando, volvemos a tener nuevo inquilino en casa, otra araña sobrealimentada en el baño. Se trata de una araña-voyeur que ha visto cómo hacíamos nuestras necesidades y nos duchábamos durante 2 o 3 días. Pero eso se acabó, en cuanto termine estas líneas cojo mi arma (la aspiradora) y se acabó la tontería. Aunque si llego al baño y no la encuentro en el sitio donde estaba antes puedo empezar a gritar como una histérica.

Por ahora, pocas novedades más, simplemente que esta tarde me voy al IKEA, sí amigos, al IKEA a comprarme una lámpara para esta cueva, un espejo para verme de pezones para abajo, pues el espejo del baño no me lo ha permitido durante las dos semanas que llevo aquí, y una sartén para que Juan me prepare unos buenos huevos fritos.


Se os echa mucho de menos.

¡Un bratso!
 

domingo, 3 de octubre de 2010

El día que Barry White chilló como una mujer

No está mal, he tardado más de una semana, pero hoy... he emitido el primer chillido de mujer de mi Erasmus, aunque suene imposible después del vozarrón que tenía 24 horas antes debido a mi constipado bremeniano. Parecía Barry White. Es más, me entoné unos cuantos 'Oh yeah' para deleitar a los allí presentes.

El caso, que me desvío, esta tarde mientras hablaba con el señor Waldorf (no es una forma de decir que voy al váter, es el tuenti-nombre de mi amigo Alberto), me he puesto a toquetear la minicadena del salón y a conectar el ordenador para escuchar música.

Entonces he subido el altavoz al máximo porque se escuchaba fatal, y ahí ha estado el fallo, porque segundos después no me imaginaba lo que me iba a ocurrir... He tocado otro de los botones y ha retumbado la casa entera durante 2 segundos. Dos angustiosos segundos que me han hecho gritar como cuando Flanders se cargó aquella planta. Ha sonado como si hubiera estallado una bomba en mi humilde trastero, digo morada. Aquí os dejo un archivo fotográfico del potente arma que a atronado mi casa. Menuda historia, apasionante, ¿verdad? ¬¬'

Cambiemos de tema, basta ya de que la marca 'Maggi' se ría en nuestras caras. El otro día compré en el supermercado Rewe un sobre de salsa carbonara para echársela a mis espaguetis. Me cago en 'Maggi' por engañarnos con las fotos de sus sobres de salsas, ¡poned una foto de mis espaguetis, mamones! Bueno, esa salsa con aspecto de flema mañanera realmente no estaba tan mala... le encantó al gato. Qué va, acabé chupando el plato del hambre que tenía.

¡Ah! Ya me he mudado a la que va a ser mi habitación para este año en Bremen. Me gusta mucho más que la otra, entre otras cosas porque estuvo mi casero ayer con un amigo suyo todo el día liado subiendo y bajando muebles por la casa, cosiéndome unas nuevas cortinas, fregando la habitación entera... y yo en mi ex habitación escuchándolo todo y haciéndome el dormido como el día de los Reyes Magos. Cuando noté que toda la mudanza había terminado, salí de mi cuarto para preguntar si necesitaban algo de ayuda, obviamente ya no.

Y hablando de la casa, he descubierto una nueva habitación debajo de las escaleras. Esas escaleras del infierno que te hacen dar las gracias a Dios cada noche por no tener que subirlas o bajarlas cuando vas con una copita de más. Pues por fin he encontrado la escoba, estaba dentro de este cuartito. Sí, acabais de adivinar que no he limpiado la habitación en una semana amigos (que no, mamá, que es broma, está como los chorros).

Bueno, pues mañana empiezo la universidad, con esto quiero decir que mañana tendré que trajearme y coger un maletín para ir a negociar mis aprobados con mis nuevos profesores este año. Aunque con mi pobre nivel de alemán (es broma mamá, estoy estudiando un huevo) y debido a que no puedo prestar mis servicios porque estoy casado, simplemente optaré por decir 'Hallo!' y ponerme las gafas de los ojos abiertos de Homer Simpson mientras dure la chapa del profesor.

¡Un bratso!