jueves, 23 de septiembre de 2010

El lugar donde plancho la oreja

Este capítulo del blog es un especial sobre mi habitación... bueno, mi habitación momentánea, porque el 1 de octubre me mudo a la de al lado, que parece tener mejor pinta y hará un poco menos de frío, porque es irse el sol y esta habitación se convierte en una cueva y pronto hay que echarse un edredón por encima, por mucho calor que haga en la calle...

Algún apunte general antes de describir mi hábitat, vivo en la calle Rossbachstrasse (calle Arroyo del Caballo según el diccionario) y en mi casa hay un gato llamado Mika. Venía realmente acojonado, pero he descubierto que es un crack, cuando viene a mi habitación sólo tengo que engañarle tirándole una bola de papel fuera de la habitación para que salga detrás de ella y pueda cerrar la puerta.

Bien, empecemos, mi actual habitación la comparto con 4 arañas, yo las respeto y ellas me respetan, nos llevamos bien por ahora, saben que es algo temporal. Son las típicas arañas de patas largas que no pican, o eso dicen... o eso dice mi madre... De todas formas, las tengo vigiladas, no vaya a ser que por el idioma no nos entendamos. Hoy he amanecido y una ya no estaba en el mismo sitio que anoche, es la fiestera, se acerca a las demás arañas de vez en cuando, no sé si a saludar o a tramar algo contra su nuevo inquilino... Por cierto, para el que se los está preguntando... no, ¡no pienso ni tocarlas!

Pues de tamaño no me quejo, y de habitación tampoco jajajaj, quiero decir, que la habitación es grandecilla, aunque aviso a navegantes, habrá que dormir en el suelo con sacos, porque únicamente hay una cama individual, ¡pero hay alfombra! También tengo un escritorio, dicen que sirve para estudiar... una calefacción y un armario grande cuyas puertas a veces se abren solas, pero me he acercado y no hay ningún monstruo dentro, puedo dormir tranquilo una noche más.

Hoy me he pegado mi primera ducha, y por qué no decirlo, he plantado mi primer pino en Bremen. Todo en orden. Por cierto, antes me he dado cuenta de que el baño también lo comparto con una araña, pero no una cualquiera, ésta es la madre de Spiderman. Igual se ha comido ya a otros Erasmus... La situación se asemeja a ésta.

Mi almohada, qué decir de mi almohada... pues que no es una almohada, es un cojín hecho polvo. Muy incómodo, ya me ha dado problemas la primera noche, espero que hoy se porte.

Pues por la noche hay que dormir con un edredón, aunque hayan hecho los dos mejores días del año en Bremen con temperaturas de 25 o 26 grados. Ayer fui capaz de meter el edredón dentro de una sábana en menos de 2 minutos, yo solo. Nota para mí: algo está cambiando...

Creo que no me dejo nada sobre mi habitación. La casa por fuera es normalucha. Yo tengo que bajar algún escalón para entrar, vivo en un bajo... bajo. Por cierto, aquí se estila que las casas tengan grandes ventanas, no tienen persianas y pocas veces echan las cortinas, así que puedes ver lo que hace la gente dentro, bueno, si tienes mucho tiempo libre.

Lo dicho, que no me quejo de habitación, aunque me vaya a quedar aquí sólo una semana. Realmente estoy deseando irme a la otra para empezar a decorarla con bandera y fotos.

¡Un bratso!

2 comentarios:

  1. Jajajajaja Lo de las arñas me ha matado =D

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  2. 1. Me da igual q no tengas mas camas, tengo un colchon hinchable (tendras q buscar otra excusa para q no vaya)

    2. Me alegro de q te adaptes tan bien a tu nuevo vater, estaba realmente preocupado.

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