miércoles, 22 de septiembre de 2010

Un vuelo cargado de curiosidades

Totalmente tranquilo. Sorprendentemente ése es mi estado de ánimo, sentado en un sillón incómodo de la Terminal 1 de Barajas frente a la puerta C41 que me llevará a Bremen con escala en Frankfurt.

Son las 11.20 de la mañana y aún somos pocos en la zona de espera los que nos estamos dejando el culo en estos asientos del infierno. Hasta las 12 y algo no nos llamarán para montar en el avión (finalmente fueron las 13.15, se retrasó un buen rato...). ¿Cosas que me llamen la atención en estos momentos? Una china con mascarilla sentada enfrente de mí. ¿Por qué lo hace? ¿Su intención de dominar el mundo pasa por sembrar el pánico lentamente en los aeropuertos europeos? Además, su marido es la reencarnación de Copito de Nieve, sí amigos, aquel tierno gorila del zoo de Barcelona que nos abandonó hace unos años. Gloria a Copito de Nieve allá donde esté. Lo dicho, mal rollito.

Pero todo se compensa cuando miro a la televisión que tengo a unos 10 metros. Tienen puesto el 24 horas de La 1. Justo en este momento están sacando imágenes de los atascos de Madrid. ¡Adiós contaminación por un año! Los próximos atascos que vea serán de bicis y probablemente yo me ponga una ‘L’ porque las únicas bicis que he tocado en los últimos años han sido las chungas del Parque Rey Juan Carlos, y únicamente para dar paseos cual Pancho en Verano Azul.

Siguen llegando más chinos, lo que me recuerda que no me he despedido de ‘El Chino’ de mi barrio, cuya mujer es la china más simpática de la historia. Les echaré de menos cuando baje a por el pan y en vez de atenderme ella y darme 100 veces las gracias lo haga un alemán resentido porque haya ingerido una salchicha por el sitio equivocado.

Acabo de descubrir que en el aeropuerto de Barajas, el que habla por megafonía es… Loquendo, sí amigos, Loquendo.

Me queda poca batería en el portátil, así que voy a ir desconectando y me pondré a leer un poco de culturilla general: el Marca. No me despido sin antes deciros que en Barajas ya tenemos alemanes con chanclas y calcetines. Bendita ignorancia.

Ya he vuelto, estoy en mi nueva habitación de Bremen, tengo tantas cosas que contar… Pero de la habitación hablaré más adelante. Ahora sólo tengo buenas palabras para Lufthansa que, a pesar de retrasar el vuelo unos 45 minutos, se ha portado con la comida del avión: arroz blanco, judías verdes, zanahoria y un trocito de pollo con una extraña salsa blanquecina. A decir verdad tenía mala pinta, pero me he puesto como el Kiko, ¡qué hambre tenía! Apunte: de postre... ¡había palmeritas!

Por cierto, el vuelo Frankfurt-Bremen no ha tenido mucha historia salvo que he pedido mi primera Coca-cola en alemán, ¡y con hielo!

Ya en Bremen me ha recogido mi buddie (estudiante alemana asignada para los Erasmus) Farina y me ha enseñado un poco la ciudad, pero aún me queda mucho por patear. Por ahora ya sé montar en el autobús solo y también sé que si no tienes un abono de transporte te sale la gracia por 2,25 euros.

Ésta ha sido la primera entrada en el blog de otras muchas que vendrán, espero. Pero no quiero saturarlo, así que escribiré alguna vez a la semana. Mañana toca capítulo-habitación.

Se os echa de menos, bueno todavía no joder, no he cogido ni el avión aún, pero sé que se os echará, así que me adelanto a los acontecimientos.

¡Un bratso!
 

6 comentarios:

  1. A.D.O.R.O la idea!
    Queremos un nuevo post yaaaaaaa!!!

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  2. Ehhh Jajajajajajajajaja
    Adórolo yo también jajajajaja
    Grandioso! XD

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  3. Ya te sigo a través de Twitter!!!!!!!!!
    Ay, haz un link a mi canal youtube!!!!!!

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  4. Jajajajaja aqui tenemos varias vertientes, blogs, videos...

    pd: Ya sabes q te di deberes q hacer verdad?? xD

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  5. Ehh.... MENUDO PIPIOLO EN LA PRIMERA FOTO!!! AINS, COMO HAS CAMBIADO... AHORA CON ESAS BARBAZAS.. XD

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